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Le dieron 12 meses de vida después de que los médicos confundieran un cáncer con "ansiedad"

Un diagnóstico erróneo fue el que sufrió un hombre británico llamado Robin Hendley, a quien le dieron 12 meses de vida luego de que los médicos confundieran su cáncer con un trastorno de ansiedad.

Hendley se dedicaba a trabajar como instructor de manejo y llevaba un estilo de vida saludable, sin embargo, comenzó a tener síntomas extraños que lo alertaron de que algo no andaba bien. 

Según detalló a Mirror, se despertaba constantemente en medio de la noche, con palpitaciones y con la sensación de que le estaba dando un infarto. Luego, desarrolló tinnitus, una afección que le provocaba un zumbido en los oídos, visión borrosa y dolor de cabeza.

"Sabía que tenía algo mal en la cabeza"

Con todos esos antecedentes, Robin decidió ir donde un profesional, pero durante un año le dijeron que solo se trataba de ansiedad, una conclusión que no lo dejó tranquilo. "Sabía que tenía algo mal en la cabeza", recordó.

Fue después de que el hombre insistió en una resonancia magnética por su tinnitus que recibió una devastadora noticia.

Los resultados mostraron un crecimiento de aproximadamente 5 centímetros en el lóbulo temporal izquierdo de su cerebro y luego se le diagnosticó un glioblastoma de grado 4, uno de los tumores cerebrales más agresivos.

De acuerdo a lo que le indicaron los médicos, la esperanza de vida de una persona con este tipo de cáncer era de 12 meses desde la detección. 

 

La ubicación del tumor estaba creciendo. MyLondon.
La ubicación del tumor estaba creciendo. MyLondon.

 

"Esperaba malas noticias porque sabía que no se trataba solo de síntomas de ansiedad. Pero los médicos me habían dicho que no había forma de que fuera cáncer, ya que estaba saludable y en forma. Estaba llorando", comentó. 

Tras varias cirugías y quimioterapias, Robin encontró un tratamiento que podría salvarlo, el cual consiste en entrenar al cuerpo para que controle el tumor mediante el uso del sistema inmunitario. 

Pese a lo anterior, reconoce que su enfermedad le preocupa y a veces piensa que podría morir. "Tengo esos momentos en los que me despierto por la noche y pienso: 'Dios mío, ¿cómo será realmente mi funeral y quién va a venir al funeral?'", señaló.