El boom de los baños de hielo: ¿Qué le pasa a tu cuerpo y qué riesgos tiene esta práctica?
- Por Vicente Guzmán
En el último tiempo se han popularizado los baños de tina con hielo, que antes eran usados por los atletas de alto rendimiento para desinflamar los músculos, pero que ahora se han convertido en una tendencia a nivel mundial.
Los baños con agua congelada se han transformado prácticamente en un modelo de negocios, pues si bien ofrecen una recuperación más rápida para deportistas, también han pasado a ser una práctica recreativa o una forma de terapia psicológica. Sin embargo, expertos han cuestionado sus beneficios y han advertido de posibles riesgos para la salud, en especial para inexpertos.
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El boom de los baños de hielo llegó a las redes sociales, pues muchos influencers han asegurado que trae beneficios para la salud mental, así como el aumento de la serotonina, la testosterona y una mejora del metabolismo.
Según una publicación The Conversation, existen investigaciones que sugieren que un baño en agua fría puede mejorar el estado de ánimo en personas jóvenes y sanas, aunque otros estudios lo descartan. Tampoco se ha comprobado que favorezca la pérdida de peso o el aumento de hormonas.
La única evidencia sólida apunta a que los baños de hielo podrían reducir el dolor muscular luego de una actividad física intensa. No obstante, su efecto sería mínimo y de corta duración.
¿Qué riesgos tiene una tina de hielo?
Al sumergirse en agua bajo los 15°C, el cuerpo puede entrar en shock por frío, lo que provoca un aumento repentino en la frecuencia cardíaca, presión arterial y respiración. Esto podría desencadenar un infarto o un accidente cerebrovascular, especialmente en personas con antecedentes de salud.
Además, permanecer durante demasiado tiempo en temperaturas extremadamente bajas puede generar hipotermia, escalofríos e incluso desmayos. Estos efectos pueden afectar incluso a nadadores experimentados.
Aunque los riesgos son mayores para personas con enfermedades previas, también jóvenes sanos pueden verse afectados, ya que el cuerpo no está preparado biológicamente para tolerar el agua helada por períodos prolongados.
Recomendaciones antes de un baño de hielo
- Consulta a un médico: Hazte una revisión primero. Si tú o tu familia tienen algún riesgo cardíaco, de accidente cerebrovascular o respiratorio, no entres a una tina de hielo.
- Conoce tus límites: Estar en forma no te protege del shock frío.
- Comienza gradualmente: Puedes empezar con duchas frías cortas antes de entrar a tinas.
- No estés solo: Lleva siempre alguien contigo cuando realices esta práctica.
- Controla los tiempos: Haz baños breves que duren entre 3 a 5 minutos.
- Detecta las señales de peligro: Si presentas síntomas como escalofríos o entumecimiento debes salir de la tina de inmediato.
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