Columna de Mauricio Morales: "Kast, el poder total"

Por Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política, profesor titular, Universidad de Talca-Campus Santiago.

Es bastante obvio que la candidatura de Evelyn Matthei inició su deterioro junto con la aprobación de la reforma previsional, empujada con particular entusiasmo por los presidentes de la UDI y de RN. Esto abrió espacio para que Kaiser capturara la irritación que causó en el sector el acuerdo alcanzado entre Chile Vamos y el gobierno en materia de pensiones.

Luego de aquello, parte de los electores de derecha, aún enojados, trasladaron sus apoyos desde Kaiser a Kast, consagrando así al líder de Republicanos como la carta más fuerte sector. Nada de esto es un misterio y las encuestas son categóricas. Mientras Matthei retrocede peligrosamente, Kast sigue avanzando. Es más. Según la encuesta Panel Ciudadano-UDD, Kast vencería más ampliamente a Jara, con un 49% versus un 33%. Matthei, en tanto, le sacaría una ventaja menos sustantiva, con 41% versus 32%. Y como si todo esto fuera poco, la misma encuesta muestra que en el escenario de primera vuelta la distancia entre Kast y Matthei más que se duplicó.

Si en la primera quincena de julio la diferencia era de 6 puntos en favor de Kast, en la medición más reciente dicha diferencia creció a 15 puntos. La encuesta CADEM va en la misma dirección, pero añadiendo un componente más dramático: Matthei bajó al cuarto lugar y es superada por Parisi.

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Estos resultados conducen a una sola conclusión. Kast se podría transformar en el verdugo de la derecha tradicional chilena. Aparte de los datos en materia presidencial, Chile Vamos no disimula el terror que le produce el liderazgo de Kast y la posibilidad de ser pulverizados en la elección legislativa. Por eso mismo, pide una lista única o, al menos, pactos por omisión. Kast y su partido se hacen de rogar, pues saben que ya consiguieron la sumisión y capitulación total de Chile Vamos. En este contexto, pueden elevar las exigencias, señalando que para que haya lista única, también debe existir un candidato presidencial único, lo que implica bajar la candidatura de Matthei, esperar que Kaiser haga lo propio y, en una de esas, ganar en primera vuelta.

A este diseño se añade algo clave: conseguir la mayoría legislativa en Cámara y Senado, lo que facilitaría muchísimo las cosas al futuro gobierno. De paso, se obtendría, casi automáticamente, una coalición electoral de toda la derecha unida, una coalición de gobierno con participación de todos sus partidos en el gabinete, y una coalición legislativa capaz de imponerse en el Congreso. Según el simulador electoral “Silla Caliente” elaborado por destacados colegas de la Universidad de Concepción, si la derecha compitiera en una sola lista frente a una izquierda unida, alcanzaría 84 escaños en la Cámara, cifra muy superior a los 78 que equivalen a la mayoría. En el Senado, en tanto, se escogen 23 representantes en siete regiones. De los 27 senadores que quedan, la derecha tiene 13 cupos. No incorporo en este grupo a Karim Bianchi ni a Matías Walker. Por tanto, para alcanzar la mayoría- que corresponde a 26 escaños- la derecha necesita 13 de los 23 cupos en competencia.

Esto implica escoger un senador en cada una de las cuatro regiones binominales, y ganar tres de los cinco senadores en Valparaíso, Maule y Araucanía. No es una tarea sencilla, pero las probabilidades aumentan si la derecha compite en una lista común. Además, esta unidad de la derecha afectaría las opciones de Parisi, quien tendría serios problemas para posicionarse como una alternativa y, peor aún, para que su partido, el PDG, obtenga una bancada mínimamente respetable.

¿Qué hará Kast para llegar a un escenario de estas características en que tendría algo así como el poder total? Lo de siempre: someter y abrazar al mismo tiempo. Kast sabe que para las bases sociales de Chile Vamos, pero particularmente para sus dirigentes, abandonar a Matthei y sumarse a su campaña no representa dolor, trauma, ni sentimiento de culpa. Muy probablemente, lo hagan con total entusiasmo. Es cosa de ver las declaraciones de algunos diputados, quienes no han tenido vergüenza en señalar que la bajada de Matthei es una opción real.

El objetivo central de esos diputados es obtener su reelección, y hoy por hoy saben que dicho objetivo es mucho más fácil de alcanzar con Kast como líder único, que con Matthei. ¿Y los principios? Muy bien, gracias.

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