Salió de fiesta y terminó en un fraude bancario: Cliente deberá restituir montos al banco

¿Qué pasó?

La Corte de Santiago resolvió que un cliente deberá restituir fondos defraudados al banco tras verse inmiscuido en el uso fraudulento de sus tarjetas bancarias después de una noche de fiesta en la que dejó su tarjeta y clave expuestas en el contexto del festejo.

La Corte revocó la sentencia dictada por el Juzgado de Policía Local de Huechuraba, que había rechazado la demanda por restitución de fondos efectuados mediante transacciones electrónicas fraudulentas, amparándose en la ley N° 20.009.

Noche de fiesta terminó con un fraude bancario

El demandado relató que estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas en la noche en la cual se realizaron las transacciones fraudulentas, situación que lo llevó a perder la conciencia. Según contó, tras la fiesta tomó un taxi con unos desconocidos que conoció en la disco, escenario en el que se llevó a cabo el fraude.

En este contexto, admitió que les entregó su cédula de identidad y que recién se percató de los movimientos fraudulentos días después de que sucedieran, tras revisar su cuenta y recibir llamadas de su ejecutivo advirtiéndole de la situación. En este momento, bloqueó sus tarjetas y presentó la objeción correspondiente.

LO ÚLTIMO

La Corte de Santiago revocó la decisión del tribunal de primer grado, ya que concluyó que el demandado incurrió en culpa grave al no resguardar sus datos y exponerse voluntariamente a situaciones riesgosas que facilitaron el acceso a su cuenta para realizar acciones fraudulentas, lo cual va en contra de las obligaciones establecidas por la ley N° 20.009.

"Es posible concluir que efectivamente el demandado actuó con culpa grave en el uso de sus tarjetas bancarias, facilitando la comisión del delito de que fue víctima, pues al haberse expuesto voluntariamente a una ingesta alcohólica que lo llevó a perder toda conciencia y a realizar las conductas que el mismo reconoce durante la madrugada en que acaecieron los hechos, es menester concluir que no custodió con un mínimo recelo sus productos y dispositivos bancarios y que, de contrario, actuó en dicho cometido con una negligencia tal, que aun las personas de poco prudencia no suelen usar", declaró la Corte.

En consecuencia, la Corte de Santiago acogió la demanda, dejando sin efecto la cancelación de los cargos y ordenando que el cliente restituya $1.264.000, más reajustes, intereses y costas a favor del banco.