La trama detrás del millonario asalto en Las Condes que involucra a Harold Vilches, más conocido como "El rey del Oro"

Una balacera en un barrio residencial de la comuna de Las Condes dejó al descubierto el robo de un kilo de oro, avaluado en cincuenta millones de pesos.

El hecho ocurrió el 27 de septiembre pasado cuando unos delincuentes ingresaron a un domicilio, donde había un taller de orfebrería. Ahí intimidaron a quienes estaban en el lugar y se llevaron el preciado botín. “Entrégame la mochila”, gritó uno de los sujetos, quien sabía el preciado botín que estaba en el bolso.

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El dueño de la casa era el joyero y ex funcionario de la FACH, Leonidas Leiva, quien repelió a punta de balazos el atraco, sin lograr recuperar los lingotes. Tras el atraco, Leiva fue detenido por porte ilegal de arma y quedó con firma mensual.

Lo que se desconocía hasta ahora es que el cliente que estaba detrás de ese negocio era nada menos que Harold Vilches Pizarro, conocido como el “Rey del oro”, quien en 2016 fue condenado por los delitos de asociación ilícita, contrabando y lavado de activos, lo que le valió una pena de cinco años y una multa de $14 mil millones.

Las sospechas del “delivery”

Así lo reveló una querella que presentó el empresario Nicolás Kriukov, que desde hace más de veinte años se dedica a la compraventa de metales preciosos, y que comercializa con personas dedicadas a ese rubro.

Según relata, el 26 de septiembre pasado, Vilches lo contactó a través de la aplicación de mensajería, Telegram, solicitando que le vendiera un kilo de oro y se lo fuera a dejar a la casa de sus padres. Sin embargo, al día siguiente, cambió de idea y pidió que llevara el pedido a la casa de Leonidas Leiva.

“En un comienzo le extrañó el cambio de domicilio para efectuar la operación de compraventa”, señala el libelo, pero luego confió debido a que conocía tanto al joyero como al “Rey del Oro, quien le envió una serie de mensajes, preguntándole a qué hora llegaría.

A las 14:15, Kriukov arribó a la dirección acordada, con el “pedido” al interior de una mochila. Sorpresivamente, Harold Vilches se había ido minutos antes, por lo que fue recibido por Leiva y su hijo.

En el documento, se detalla que justo en ese instante “ingresan en forma abrupta y a la fuerza dos sujetos”. Esa acción alertó al dueño de casa, a quien le gritó que estaban asaltando y que llamara a Carabineros. “Los sujetos le preguntan a mi representado por su mochila, justamente donde llevaba el kilo de oro, la toman y le ordenan tirarse al suelo o lo matarían, ante lo cual él hace caso y se tira al suelo”.

Tras esto, se dio paso a un intercambio de disparos entre los asaltantes y Leonidas Leiva, quien no logró evitar el robo con intimidación. Luego, llegó el OS.9 de Carabineros para realizar las primeras pesquisas en el departamento de Leiva.

Entre las diligencias, se solicita tomar declaración al joyero, su hijo, que estuvieron presentes en el robo, y al pirquinero de Vallenar, Mauricio Urbina Alvarez, quien fue el que le vendió el oro. Sin embargo, no se pidió que se interrogue a Harold Vilches, a quien se espera que el Ministerio Público indague sobre su rol en este millonario atraco.

Del contrabando al caso relojes

De profesión ingeniero comercial, el denominado “Rey del Oro” formó parte de una red de tráfico de oro en Chile, con nexos en Perú y el Medio Oriente, lo que le valió su apodo.

Su nombre también apareció en el denominado “caso Relojes”, vinculado a la compraventa de joyas y relojes de alta gama de origen desconocido, luego de que se reuniera con la ex pareja de Tonka Tomicic, Marco Antonio López Spagui “Parived”.

En un informe de la PDI, quedó registrado un encuentro que tuvieron ambos en el Hotel Sheraton, el 19 de febrero de 2020, donde habrían negociado la venta de distintas especies, además de reuniones que tuvo con otros imputados de la causa.

Mega Investiga intentó contactarse con Vilches, pero no hubo respuesta. También fue requerido el abogado querellante, Alberto Sabah, para conocer más detalles de la denuncia. Sin embargo, no estuvo disponible a la espera de conversar con su representado.