Médica de Harvard revela alimento clave que los padres no dan en suficiente cantidad a sus hijos: "Les gusta el sabor y textura"

Una alimentación saludable desde la infancia es clave para reducir significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas a largo plazo, como la diabetes, enfermedades cardíacas e incluso ciertos tipos de cáncer.

Así lo respalda la Dra. Kelly Fradin, jefa de Pediatría del Instituto de Salud e Investigación Atria de Harvard, quien destaca un alimento que, pese a sus múltiples beneficios, muchas veces no se incluye en cantidad suficiente en la dieta infantil: los porotos.

Los beneficios de los porotos

Según recoge Make It, de la CBC, la especialista subraya que las legumbres —en todas sus variedades— son una fuente excepcional de proteína vegetal. Muchas de ellas contienen todos los aminoácidos esenciales, fundamentales para proporcionar energía, apoyar el crecimiento y fomentar un estilo de vida activo en los niños.

Además de su aporte proteico, los porotos son ricos en fibra soluble e insoluble, una combinación poderosa para la salud digestiva. La fibra insoluble mejora la regularidad intestinal y previene el estreñimiento, mientras que la fibra soluble genera una sensación de saciedad tras las comidas, lo que ayuda a controlar el apetito y prevenir el consumo excesivo de alimentos.

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También son una excelente fuente de folato, crucial para el desarrollo celular, y de hierro, mineral necesario para transportar oxígeno por todo el cuerpo. A esto se suman altos niveles de magnesio, que favorece el correcto funcionamiento de nervios y músculos, y vitaminas del complejo B, esenciales para la producción de energía y el desarrollo del cerebro.

Una de las ventajas más destacadas por la Dra. Fradin es que se trata de un alimento económico y accesible, ideal para familias de todos los presupuestos.

Una alternativa para los quisquillosos

He descubierto que a muchos niños realmente les gusta el sabor y la textura de los porotos, y son extraordinariamente fáciles de preparar en diversas formas adaptadas a ellos”, señaló la profesional.

“Para niños pequeños o personas más quisquillosas para comer, comience con algo sencillo y accesible, como cocinar edaname al vapor (porotos de soja tiernos) o añadir porotos negros a una quesadilla con queso. Incluso he tenido éxito con brownies de porotos negros, un capricho sorprendentemente delicioso y nutritivo”, añadió.