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"No eran buenas personas": a un año del caso Emilio que impactó a Longaví por su brutalidad

  • Por Ana María Lizana / Juan Pablo Díaz

¿Qué pasó?

A un año del macabro crimen de Emilio Jara, un niño de 12 años, quien fue abordado por dos sujetos que lo violaron y mataron en Longaví, región del Maule, los imputados fueron declarados culpables y se espera que el próximo lunes 2 de mayo se les dé la sentencia por este ilícito. La familia exige justicia.

Horrendo crimen

Recientemente, la Fiscalía solicitó para ambos implicados la condena de presidio perpetuo calificado, luego de haber considerado las agravantes de "alevosía" y de "abuso de superioridad" de los agresores contra Emilio.

Fue la tarde del 29 de abril cuando el joven Emilio Jara salió a pasear a sus mascotas, pero nunca más volvió a su casa. En ese paseo es que fue abordado por dos hombres que lo violaron y asesinaron, dejando su cuerpo sin vida al interior de un pozo.

De acuerdo a la fiscal de Linares, Carola D'Agostini, "el menor tenía lesiones cortopunzantes en diferentes partes del cuerpo" y que el propósito de aquel encuentro, era la "agresión sexual" y "muerte del menor".

Justicia para Emilio

Ana Sánchez, madre del menor asesinado, pide justicia por la macabra muerte de su hijo, lamentando esta pérdida que, después de un año, sigue resintiendo a la localidad de Longaví.

"Yo lo único que pido es justicia para mi hijo. Lo único que pido y lo voy a lograr. Pero, yo, no quiero que esto quede impune, porque me sacaron la vida entera", lamentó la mujer.

"Era un niño inteligente, activo, feliz, yo sé que a un país le duele, porque todos somos madres y pudo haber sido cualquiera", señaló Margarita Vásquez, tía del menor.

Asimismo, vecinos esperan que este tipo de hechos no se vuelva a repetir, cuestionándose sobre "en qué mundo vivimos y con qué gente estamos viviendo. Uno los vio, pero uno jamás piensa que podrían tener una mente tan sucia y mala para ensañarse con un niño".

"No eran buenas personas"

Gerald Cristian Andrés Repetto Soto y Rubén Mauricio Soto Guerrero son los únicos sospechosos del crimen contra el joven Emilio. Ambos están en prisión preventiva.

Antes del crimen, ambos habían llegado hasta Linares y Longaví, instalándose en una casa rodante. Sin embargo, desde que fueron vistos por los vecinos, estos aseguraron que nunca se sintieron en confianza.

Uno de ellos comentó: "Mi señora los vio y la primera impresión que tuvo que no eran buenas personas" y otra de las consultadas aseguró que "nunca me dieron confianza, eran medios locos, bien extraños".

Y no estaban tan alejados de la realidad: Gerald, cuando era menor de edad, asesinó a su padrastro. Por ese crimen fue condenado a 3 años de libertad condicional. "No me extraña que una persona como él haya cometido un crimen tan horrendo. Desde chico que tenía anomalías", aseguró su hermanastra.

Una mujer que los acogió, aseguró que Rubén tenía una rabia "guardada", ya que cuando pequeño sufrió de abusos sexuales. "Al comienzo se veían normales, Gerald era callado y Rubén no. Cuando chico él fue abusado. Tenía una rabia guardada por esa situación".

Perfil de los agresores

De acuerdo al criminólogo Mauricio Valdivia, ambos presentaron altos niveles de "sadismo y crueldad", además de una incapacidad de poder reconocer el "sufrimiento y dolor de un niño", lo cual podría expresar de cómo fue su infancia y vida.

Gerald y Rubén, según el experto, presentaban "falta de empatía, egocentrismo, posiblemente un elemento maquiavélico, manipulación y crueldad. Aparece una característica propia y carecen de consciencia, de remordimiento, casi no lo consideran un acto criminal".

En relación con el crimen, en el cual actuaron como pareja, el experto indicó que "siempre hay uno con rasgos psicopáticos predominantes, el que goza más, que siente más placer, más cruel y sádico y el otro que obedece y cumple, el que tiene rasgos antisociales, que lo hace por goce, pero no lo va a hacer si el otro no lo dirige".

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