La historia de la perrita que fue rescatada por una pareja y la hicieron dama de honor de su matrimonio
Erika y Cristián es una pareja proveniente de Corrientes, Argentina, quienes tomaron la decisión de casarse y, para su boda, eligieron a una singular dama de honor: A su pequeña perrita Mía.
La decisión fue una sorpresa para todos los invitados. De hecho, una vez que ingresó a la ceremonia, captó la mirada de familiares y amigos.
Adopción
Erika, en conversación con TN, contó que adoptó a Mía tras una inundación que sufrió la localidad donde vive desde el 2017, convirtiéndose en inseparables.
“En ese entonces trabajaba en otro pueblo y mi hermano me llamó para decirme que la habían abandonado. Ella siempre venía a comer y mi papá la asistía, pero regresaba a su casa”, contó la mujer.
“Le pedí a mi hermano que la llevara al lugar al que ellos fueran. Pero en la desesperación de levantar las cosas y demás, se nos volvió a perder”, expresó Erika.
Volvió para encontrarla
Perdiéndole el rastro, ella decidió volver con el objetivo de encontrar a la perrita. Publicó sus fotos por redes sociales diciendo que era suya. "En realidad no lo era, pero pensé en que si sus dueños la habían abandonado en esa situación, no la querían", agregó.
Recorrió escuelas, refugios y calles, pero nada. Hasta que un vecino le dijo que él la tenía y que había regresado nadando a su casa.
“Entonces fui, la busqué y desde ahí no nos separamos. Hasta la llevo a la peluquería. Somos inseparables”, continuó.
Dama de honor
La decisión de hacerla dama de honor surgió en una sesión de fotos para el matrimonio, luego de que su hermano la buscara para ser parte de aquel especial momento. “Quedamos sorprendidos con su comportamiento”, contó.
Añadió que "en la sesión de fotos se sentó arriba del vestido y nos acompañó en los momentos principales del casamiento. No se separó de nosotros ni en la pista de baile".
“No tengo muchas amigas, pero mi perra es incondicional, no podía faltar esa noche. Vamos a la playa y ella viene con nosotros. Es inseparable. Es nuestro amor”, reiteró Erika.
"Su labor como dama de honor la hizo a la perfección. Saludó mesa por mesa y disfrutó de la música. Pensamos que por la música o la gente iba a estar tímida. La idea era que ingresara con nosotros y traerla nuevamente a casa". Sin embargo, la perrita decidió quedarse en la boda.
