Metaverso: En qué va la nueva tierra prometida por Mark Zuckerberg

Hace un año, Mark Zuckerberg anunció que en un futuro cercano lo suyo sería Meta en vez de Facebook; desde entonces, Metaverso, Meta y Zuckerberg son nombres que se repiten cada vez que se hace referencia a este “nuevo” mundo virtual, acaparando el interés de la prensa y, por supuesto, tomándose las redes sociales.

Pero el Metaverso es mucho más que el proyecto del fundador de Facebook. Se trata de mundos virtuales persistentes, interconectados entre sí e interconectados de forma natural y continua con la realidad física, habilitando nuevas experiencias y jornadas digitales.

Hay quienes piensan, con justa razón, que ya contamos con experiencias de realidad virtual, por ejemplo, mediante el uso de cascos 3D, auriculares, gadgets, que permiten una mayor inmersión. Sin embargo, el Metaverso va más allá. En primer lugar, permitirá una inmersión de lo real en lo virtual y de lo virtual en lo real. Un segundo aspecto que marca la diferencia es que esta inmersión se producirá en un nivel que aún vemos apenas en la ficción, según informa un documento diseñado por NTT DATA.

La principal característica del Metaverso es la capacidad de interacción natural y continua entre entidades de diversos “mundos”. El ambiente en el cual esas interacciones suceden es en la realidad extendida (XR, sigla en inglés de Extended Reality). Dentro de la XR, la realidad aumentada es la más conocida porque muchas personas la han experimentado a través de cascos, lentes o auriculares de realidad virtual. El gran tema es que, si bien eso marca un avance, está muy lejos de ser la integración natural que el Metaverso propone.

Un paso más allá encontramos la realidad aumentada, (AR, de Aumented Reality), que trae desde el mundo digital experiencias al mundo físico. ¿De qué forma? A través de hologramas visuales, delante de la realidad. Siguiendo en ese camino, el futuro vendrá acompañado de anteojos o lentes de contacto que permitirán esa visualización sobrepuesta e integrada con el mundo real. Como ejemplo, nos podemos imaginar con un par de lentes de AR, y ser capaces de apretar un tornillo digital con un destornillador real; esta es una interoperabilidad adicional que la AR “pura” no posee.

La próxima versión de internet tendrá un nivel de interacción superior; dejará de ser un mundo 2D para crear un escenario totalmente 3D. “Es la llamada Spatial Web, que se conectará e integrará a nuestro mundo físico de forma natural y continua (los ingleses usan el término seamless), permitiendo la interacción con entidades virtuales ‘traídas’ hacia nuestro mundo real, de la misma forma que podremos ‘entrar’ en el mundo virtual e interactuar con ‘objetos’ virtuales”.

No obstante, para lograr esa interacción bidireccional entre los dos mundos, y para que podamos navegar e interactuar a través de ellos, se necesitará contar con nuevas capacidades, más tecnología y más experiencias, que hoy no tenemos. Conócelas:

?1-.? Digital Model: Réplicas fieles de objetos y personas reales en el mundo virtual, pero desconectadas.

2-.? Digital Shadow: Un digital model conectado mediante datos con su contraparte real, de forma que todos los cambios en el mundo real se reflejen en el virtual.

3-.? Digital Twins: Una especie de gemelo. Es como un Digital Shadow (sombra digital) bidireccional, que permite cambios en ambos mundos, uno influyendo al otro.

4-.? Digital Native: Son entidades digitales originales, creadas en el ambiente digital.

5-. Mundo Virtual: Entorno virtual donde estas cuatro entidades conviven e interactúan.

A un año del anuncio de este nuevo mundo, el éxito del Metaverso dependerá de innumerables factores. ¿El más obvio? Lograr crear interacciones que ofrezcan una excelente experiencia al usuario. Las interacciones entre los dos mundos (real y virtual) serán constantes; por lo tanto, una mala experiencia condenaría cualquier intento de integración.

Cualquier proyección que realicemos se va a quedar corta, pues en el futuro nos encontraremos con que la realidad superará a la ficción, y la capacidad que tenga esta tecnología de cambiar el mundo, tal como lo concebimos hoy, será significativa.