Comentario: "Andor es lo que necesita el futuro de Star Wars"

Hay una corriente en redes sociales que habla de que, de un tiempo a esta parte, las películas vienen recubiertas con un mensaje político. Hay un error en eso, ya que no es de un tiempo a esta parte, es toda la vida. El Viaje a la Luna de Georges Méliès, de 1902, es ante todo una sátira antiimperialista. No hay duda de que el cine y la crítica social o política van de la mano.

Lo otro que hizo El Viaje a la Luna fue ser la primera película de ciencia ficción. Mucho tiempo después George Lucas revolucionó el género con Star Wars. No tanto tiempo después, bajo el alero de Disney, Star Wars siguió explorando el legado de Skywalker. Todas las producciones con dispares recibimientos. Como un paréntesis aparece Rogue One, una película que contaba la historia del grupo de rebeldes que roban los planos de la estrella de la muerte previo al episodio IV, la mejor película de Star Wars en Disney.

De esa historia aparece Andor Cassian, protagonista de la nueva serie de Disney + dentro del universo de Star Wars. La serie narra la vida de Andor y del cómo se convirtió en parte de la revolución contra el Imperio. Con más de la mitad de los episodios disponibles es hora de hablar de una de las mejores series del año.

Andor toma la inteligente y sabia decisión de volver a las raíces de Star Wars, es decir, la del pueblo contra el Imperio y lo hace desde lo más bajo, con la carne de cañón de la revolución. No vemos Jedis ni grandes luchadores, vemos un grupo de personas que buscan comenzar una resistencia contra el Imperio. Lo que vemos es sucio y muchas veces poco épico, pero son las bases donde todo se construye.

Andor es un personaje sumamente interesante, ya que es una especie de cazarecompensa que se ve involucrado en la revolución. No le interesa la causa, solo el dinero que esta pueda darle. Lo interesante es ver como termina convenciéndose de entregar su vida para derrocar al Imperio.

La serie está creada por Tony Gilroy, guionista de la saga de películas de Bourne y se nota esa atmósfera de thriller policial, de robo y espías. Vemos los bajofondos de la galaxia y cómo desde lo más bajó nace una historia que hará que Luke Skywalker se convierta en héroe. Un seguimiento a los anónimos de las causas.

Por lo demás, hay un tratamiento sumamente interesante al Imperio. Finalmente, dimensionamos la cantidad de personas con poder que debe tener el organismo que controla todas las galaxias. Y entre pequeños cargos vemos el hambre de poder y de ascenso de un complicado organigrama. Lejos quedan las figuras de Darth Vader o el Gran Moff Tarkin, acá son los pequeños trabajadores los que mantienen funcionando el Imperio y esa profundidad entrega un exquisito equipo de secundarios.

Star Wars: Una Nueva Esperanza, es una alegoría a la guerra de Vietnam y los rebeldes (el bando de Luke y Leia) son el vietcong y ese es el punto. El Imperio, el poderoso, el que tenía el armamento, la preparación y la inteligencia, perdió contra el débil, el poco numeroso (La batalla de Endor entre Ewoks y el Imperio en el episodio VI es el más claro ejemplo). Esa alegoría no se perdió del todo, pero si se diseminó (Las sagas siguen tratándose de resistencia y de golpes de estado).

Andor apuesta en volver a poner el foco en la revolución y redobla la apuesta en ubicarse lejos de los grandes héroes. Un ritmo pausado, pero con una tensión in crescendo, como si una bomba fuera a explotar. Sucia porque la revolución no es gratis. Adulta y atrevida. Andor es lo que necesita el futuro de Star Wars.