El romántico discurso de Roberto Benigni de "La Vida es Bella" a su esposa: Una declaración de amor que emocionó a todos

Con un verbo engrandecido por la fuerza del amor, Roberto Benignin dedicó las palabras más románticas que un actor haya podido pronunciar en la historia de los premios de la industria del cine. El protagonista de “La vida es Bella” de nuevo emocionó al expresar el amor a su esposa Nicoletta Braschi.

Conocido por su arrebatada espontaneidad, el italiano premiado por un Oscar en 1999 como Mejor Actor, dio una nueva lección en el pasado Festival del Cine de Venecia.

Los cinéfilos del mundo entero nunca olvidarán al hombre que escribió, dirigió y protagonizó el film que narra el drama de Guido, Dora y su pequeño hijo en un campo de concentración en la Segunda Guerra Mundial.

Solo el director de 68 años pudo transformar la historia, basada parcialmente en las vivencias reales de Rubino Romero, un judío sobreviviente al Holocausto, en una narrativa de aleccionador amor, que deja miles de interpretaciones de porque hay que considerar que la vida es única.

La declaración de amor del protagonista de “La Vida es Bella”

Aunque la Academia no ha vuelto a premiar otra producción de Roberto Benigni, la tierra que lo vio nacer le brindó esa experiencia.

La alfombra roja de Venecia 2021 le otorgó el León de Oro por su destacada trayectoria a un italiano que se convirtió en un ícono viviente que rinde honores a la genialidad humana.

El portal de RPP Noticias destacó la presentación que hiciera la cineasta Jane Campion para referirse a la carrera del director

“En estos tiempos difíciles para los directores, para las personas de todo el mundo y también aquí en Italia, necesitamos a Roberto Benigni. Es un genio cómico con un corazón y una sinceridad que pueden encarnar la alegría”, dijo.

De esta forma subió al escenario, con esa felicidad que resalta en un rostro marcado por el paso de los años, pero que no cambia el sentimiento de un artista nato. Los merecidos aplausos del público no se hicieron esperar para un guionista que ha dado todo por reflejar la magia del cine y las variadas historias que ha plasmado.

“Esperaba recibir un gatito, pero un león... es el premio más prestigioso y luminoso con que pude soñar”, dijo para empezar a describir su alegría por tal galardón, en el que recordó que fueron muchas las personas que lo ayudaron a formar su carrera.

Pero Benigni no podía pasar por alto el agradecimiento a la mujer con quien ha compartido más de 40 años de vida. Y pidiendo unos minutos al público, pronunció unas emotivas y románticas palabras al dedicarle el premio a su esposa, la también actriz Nicoletta Braschi.

Se trató de una auténtica declaración de amor, la que hiciera Roberto con su habitual estilo improvisado y lleno de entusiasta prosa.

Sentada entre el público, la intérprete escuchó atenta cada palabra de su marido, quien le recordó que es su actriz favorita: "Ni siquiera puedo dedicarle este premio, porque es tuyo. Te pertenece, lo sabes, y por eso se lo dedicarás a quien quieras... Llevamos 40 años haciendo todo juntos. Produciendo, interpretando y diseñando las películas".

Se preguntó a sí mismo, ¿cómo se mide el tiempo en una película? Y con una respuesta asombrosa atinó a decir: “Solo conozco una forma de medir el tiempo: contigo y sin ti”.

Prosiguió hablando del más sublime amor de un hombre hacia una mujer. "Si alguna vez en el trabajo que he hecho algo ha despegado es gracias a ti, tu talento, tu misterio, tu encanto, tu belleza. Cuántas cosas aprendí al escucharte actuar en el set (...) Se sabe que las mujeres tienen algo que los hombres no entendemos, es verdaderamente un misterio sin fin y hermoso".

Citó a Groucho Marx al recordar una afirmación totalmente acertada.

"Los hombres son mujeres que no lo han conseguido. Y así es. No podría ser como tú, Nicoletta", prosiguió.

Y para culminar su dedicatoria, escogió unas frases para rememorar ese día en que conoció a su amada. “Lo hice todo gracias a tu luz. Si algo bello y bueno que he hecho en mi vida siempre ha sido atravesado por tu luz. Cuánta luz emites. Recuerdo que la primera vez que te conocí desprendías tanta luz que pensé que Nuestro Señor, al darte a luz, quería adornar el cielo con otro sol. Mira, fue lo que ellos llaman amor a primera vista. De hecho, a última vista. De hecho a la vista eterna”.

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