Columna de Mauricio Morales: "Un Kaiser llamado Johannes"

Por Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política, profesor titular, Universidad de Talca-Campus Santiago. 

Lo que empezó como una patriada individual está avanzando hacia una opción política real e institucionalizada en un partido político: el Partido Nacional Libertario. Lo de Johannes Kaiser ya no es una broma ni una exageración. No es un saludo a la bandera y mucho menos se trata de una puesta en escena solo para cautivar a electores extremos.

Kaiser ha sido capaz de conquistar, poco a poco, a electores de derecha, y ahora se prepara para entrar al voto de los electores más moderados. El reciente estudio de DATAVOZ, de hecho, posiciona a Kaiser como el liderazgo con más menciones positivas, superando a Matthei, Kast y, por cierto, a todas las tibias figuras del oficialismo. Ante la pregunta sobre el personaje público que ha mostrado un liderazgo político más positivo, DATAVOZ posiciona a Kaiser en el primer lugar con 24.71%, seguido de Evelyn Matthei con 20.56%, Gabriel Boric con 16.46%, y José Antonio Kast con 11.16%.

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Sabemos que la medición de DATAVOZ no corresponde a intención de voto, pero sí a una evaluación general de los distintos liderazgos nacionales. La tarea que viene para Kaiser es transformar estas buenas opiniones hacia su liderazgo en intención de voto, y esa intención de voto en conducta electoral. Parece fácil decirlo, pero es la tarea más compleja que tienen los candidatos. Así y todo, lo concreto es que Kaiser está duplicando a Kast en el criterio de evaluaciones positivas, y Kast es su rival más directo. Además, está superando a la candidata favorita para ganar las próximas elecciones presidenciales: Evelyn Matthei.

El diseño de Kaiser, intuitivo y producto de la contingencia, ha sido muy claro. Los tres temas que más preocupan a los chilenos son delincuencia, crecimiento económico y migración. Kaiser tiene una postura muy radical en cuanto al control del delito y el cierre de fronteras, y una posición evidentemente pro-mercado en asuntos económicos. También ha hecho una defensa de la dictadura de Pinochet sin complejo alguno, lo que le permite construir un liderazgo de derecha, incluso, más genuino que el de Kast.

Por otro lado, y en tiempo récord, creó un partido político inscrito a nivel nacional, tarea que en estos tiempos es extremadamente compleja. El desafío que tiene por delante es enorme. Kaiser debe aprender a distinguir entre los apoyos que logra producto de la rabia y el malestar, y los apoyos que reflejan un compromiso con su programa de gobierno. Puede que el elector de derecha vea en Kaiser una forma de manifestar su descontento con las figuras del sector, pero que al momento de votar, se vaya por la carta más segura y confiable que, en este caso, es Evelyn Matthei. En tal sentido, Kaiser podría funcionar más como una caja de resonancia para expandir el desagrado y decepción del votante de derecha, pero no como una opción viable de gobierno. Por eso mismo, Kaiser debiese comenzar a mostrar equipos de trabajo que hagan creíble su candidatura presidencial.

A nivel estratégico, Kaiser debe tomar una decisión clave. Si bien está dispuesto a competir en una primaria con Matthei, es difícil que Chile Vamos lo acepte sin la concurrencia de Kast. La razón es muy sencilla. Si Matthei compite con Kaiser y lo vence, le estará resolviendo un problema a Kast. ¿O alguien cree que un votante de Kaiser- derrotado en una primaria- apoyará a Matthei en la primera vuelta? No. Toda esa base electoral correrá a los brazos de Kast. Entonces, si Chile Vamos no lo acepta en una primaria, Kaiser tiene dos salidas.

La primera es ir directo a la primera vuelta, lo que es un suicidio político, pues dividirá la votación con Kast, evitando el paso de algunos de ellos a la segunda vuelta. La segunda opción, que es la más inteligente, ágil, novedosa y efectiva, es convocar a una gran primaria entre Kaiser, Kast, Rojo Edwards, Parisi, y Carter. Con eso, se deja en el congelador a Matthei por varios meses y, adicionalmente, será una primaria con mayor convocatoria que la del oficialismo.

Kaiser tendrá muy buenas opciones de triunfo. Si pierde, puede ser candidato a senador o ir nuevamente como candidato a diputado, pudiendo convertirse en mayoría nacional. Pero sea el resultado que sea, Kaiser se transformará en un rostro nuevo para un votante derecha que, hoy por hoy, se siente traicionado por sus propios representantes en la discusión sobre la reforma al sistema de pensiones, que es rechazada- según CADEM- por el 58% de los identificados con el sector.

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