Testigo prófugo en caso "Cangri" reveló que PDI no creyó su versión del asalto

  • Por Claudia Garrido

Sebastián Cornejo, el tercer acompañante de Sebastián Leiva, “El Cangri” entregó detalles del supuesto asalto del que fueron víctimas en el desierto boliviano.

En “Bienvenidos”, el único sobreviviente,  quien se encuentra prófugo, dijo que Germán Gundián quería negociar la venta de la camioneta en la cual se desplazaban y, para eso, pagó cerca de un millón de pesos a dos bolivianos para que lo guiarían en la ruta, a los que además les debía dinero.

Cornejo aclaró que nunca se percataron que habían traspasado la frontera hasta que Gundián les dijo que estaban en “tierra de nadie”. Estando ahí, los dos extranjeros los habrían asaltado, para de alguna forma, cobrar lo que les debía Germán.

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En el camino Gundián quiso orinar: “Yo freno, me quedo forcejeando con uno de los bolivianos, el segundo me abre la puerta y seguimos forcejeando”, señaló, agregando que dispararon al vehículo y que los tres quedaron solos en el desierto.

“Los dos estábamos enojados con Germán y aún así nos abrazamos los tres”, explicó Cornejo, quien además relató que decidieron seguir las huellas de la camioneta con la esperanza de encontrar un pueblo.

Debido al frío, metieron los pies en la arena para esperar que amaneciera, sin embargo, él decidió levantarse y continuar el trayecto junto al exchico reality. Tras ver que Germán no se levantó, el “Cangri” regresó por él: “Yo me separé porque quería caminar, mi intención era calentar mi cuerpo caminando. ‘El viejo es el único que se sabe el camino’, dijo el Cangri. ‘A ese viejo lo van a pasar buscar’, le dije yo. Nosotros necesitábamos otro tipo de ayuda, un ganadero, una camioneta que nos interceptara, una casa”, manifestó.

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Como se separaron, acordaron que se silvarían para mantener el contacto, pero llegó un momento en que Cornejo no escuchó más al “Cangri”.

“Tres bolivianos de una empresa me prestaron ayuda. Me llevan en su camioneta a una frontera boliviana y justo aparece una chilena. Llego a la PDI, le explico que nos habían asaltado, tratando de explicarles los sucesos, y me dicen que estarían locos si me creyeran todo eso, porque es imposible que yo pasara toda una noche y todo el día caminando”.

“Nunca me creyeron y solo me dijeron que tenía una orden de arresto en el tribunal de Concepción”, finalizó.