Empleadas domésticas denuncian que no las dejan tomar transporte público en exclusivo barrio de Argentina

Las empleadas domésticas del exclusivo barrio Nordelta, en Argentina, denuncian que desde hace dos meses los propietarios y vecinos no las dejan tomar los buses de la línea 720 para ingresar al recinto.

Este sector ubicado en la zona norte del Gran Buenos Aires de 16 kilómetros cuadrados, cuenta con domicilios de hasta 2.500 metros cuadrados, restaurantes, colegios, escuelas de deporte, entre otros; por esta razón, la única forma para circular dentro del lugar es tomando transporte público.

Sin embargo, las trabajadoras de casas particulares acusan que se les está negando el acceso a tomar las micros (colectivos). "Pasan y levantan a los propietarios sin problemas. A nosotras, las empleadas domésticas, no nos dejan viajar. Empezamos a averiguar y nos enteramos de que en una reunión algunos dueños dijeron que no querían compartir el transporte con nosotras porque 'hablábamos mucho y estábamos transpiradas'", dijo Sandra, quien trabaja hace 10 años en el barrio, a Clarín.

Ante la situación y a modo de protesta, las empleadas decidieron cortar el tránsito de una de las avenidas principales del exclusivo barrio. "Fue algo espontáneo. Estábamos esperando la combi hacía una hora y media. Nos pasó por delante con lugares libres y no frenó. Nos dio tanta bronca que decidimos manifestarnos", sostuvo.

"Al principio, los propietarios que viajaban en la combi colocaban bolsos ocupando más de un asiento para no tenernos al lado. Eso ya no estaba bueno, pero lo tolerábamos. Después, pusieron la excusa de que no podíamos viajar paradas y así no nos dejaron subir más. En un momento comenzamos a ver pasar combis casi vacías en las que tampoco nos hacían lugar".

Sandra además denuncia que los vecinos han estado solicitando los nombres de quiénes denuncian el hecho, para despedirlas de sus trabajos. "Nos llegó que están intentando identificar a las que reclamamos para dejarnos afuera de Nordelta".

"ESTO ES UN DISPARATE"

Diego Moresco, director ejecutivo de Nordelta S.A., y quien forma parte de la Asociación vecinal del lugar, sostuvo al medio que "el concepto de que no viajen juntos propietarios con empleados es un disparate (...) No me llegó esa queja, pero la repudio".

Pese a ella, Moresco también afirmó que el transporte público en el sexto es una problemática constante. "Este es el problema de fondo: tenemos 35 mil personas viviendo en Nordelta y otras 10 mil que vienen a trabajar. El transporte es insuficiente. Por eso, estamos intentando llegar a un consenso para resolver este tema".

Por su parte, Nicolás Pasqualini, director de MaryGo, la empresa que provee este servicio, dijo al diario que "en marzo, parte de la Asociación Vecinal de Nordelta quiso que empezara a entrar al predio un colectivo público, el 720. Esto finalmente no ocurrió por resistencia de otro grupo pero, mientras se definía si llegaba o no y ante la supuesta incorporación, nosotros retiramos casi el total de las combis que sólo recorrían Nordelta. Esto hizo que bajara la frecuencia de este servicio y que solo quedaran firmes las que van a Capital. En ellas, llevamos a la gente que paga el viaje hasta Capital, no hasta el ingreso de Nordelta".

También aclaró que los asientos vacíos que las empleadas ven al interior de los buses se debe a que "muchas veces ya está vendido y es para una persona que se sube en el camino".

"Nunca nos dijeron que no querían que empleados y propietarios viajaran juntos. De hecho, el servicio a Capital está disponible para todos los que vayan a Capital, tanto empleados como propietarios", afirmó.

Finalmente, Pasqualini afirmó que "sí hay una gran falta de consideración por parte de la Asociación con respecto a las empleadas domésticas que tienen que llegar a sus trabajos con menos frecuencia que la que tenían antes a raíz del desembarco fallido del colectivo".