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The Smashing Machine: ¿Es la actuación de Dwayne Johnson merecedora del Oscar?

El segundo semestre implica la llegada al cine de las grandes películas del año, o al menos las que deberían generar expectativas en la temporada de premios. El rumor sobre grandes revelaciones y los posibles éxitos inesperados en los Oscar alimentan una cartelera cargada de expectativas. Los festivales de mitad de año ayudan a crear estas esperanzas. Luego de las noticias que hablaban de una ovación de 15 minutos para Dwayne Johnson, sí, La Roca, y su nueva película, The Smashing Machine, esta ha llegado a cines chilenos y podemos comprobar si la actuación de la exfigura de la WWE es merecedora de una carrera por el Oscar o si, por el contrario, nos hemos entusiasmado demasiado.

The Smashing Machine es una película dramática que recorre la vida y obra del luchador de MMA Mark Kerr, uno de los pioneros de la UFC y el "todo vale". Es un drama deportivo en toda regla, heredero de la cruda fotografía deportiva enmarcada en obras como Toro Salvaje de 1980, El Luchador de 2008 o la más reciente Garra de Hierro. The Smashing Machine es un biopic que entrelaza un deporte en sus cimientos con un deportista arrollado por su propia figura. Un drama con todas sus letras, donde los golpes más fuertes no se reciben en el cuadrilátero, sino en la vida: entre drogas, problemas amorosos y la ausencia de sentido.

Benny Safdie es la otra mitad de los hermanos Safdie, aquellos excelentes directores detrás de las increíbles Good Time y Diamantes en Bruto. Hoy, los hermanos Safdie han decidido separarse profesionalmente y avanzar en sus propias carreras, y ambos estrenan películas este año. Josh Safdie estrena Marty Supreme y Benny hace lo mismo con The Smashing Machine. Resulta interesante ver cómo funcionan por separado y si sucede algo similar a lo ocurrido con los Coen, en que individualmente a uno le fue mejor que al otro.

El protagonista es La Roca, Dwayne Johnson, exfigura de la lucha libre y actor de acción masiva, sinónimo de lo imposible, lo espectacular y la acción disparatada. Hablamos de uno de los grandes villanos de la saga Rápidos y Furiosos, aquel protagonista del remake de Jumanji o las absurdas San Andreas y Rampage. Y es curioso porque hay cierta reivindicación en la carrera de Johnson. Hace unos años, uno no pensaría que este "refrigerador de músculo" lograría manejar distintas gamas de actuación.

Y es que The Smashing Machine es más que una película deportiva; lo que ocurre dentro del ring es lo de menos. Lo que rodea las vidas de Mark Kerr y su pareja (Emily Blunt) es lo que realmente importa. El drama de un deportista que termina decayendo en su propia destrucción. El abuso de las drogas y los problemas con su pareja en una historia que habla de aquella familia y amistad constantemente propensas a destruirse. Y Mark Kerr es esa crisis, la personalización del no encontrar tu lugar en el mundo y, sobre todo, no saber para qué se sirve. Es la primera derrota de Kerr la que desencadena una avalancha de dramas.

Y hay una decisión sumamente inteligente para transitar esta ruta. La cámara es un personaje más, está constantemente al hombro y se mueve entre personas y espejos, con zoom y movimientos bruscos, como si de un documental casero se tratara. Benny Safdie escoge una estética que nos introduce en la casa de los protagonistas; los acompañamos en sus entrenamientos, peleas y tareas de jardinería. Somos parte de su intimidad y eso logra vincularnos con ellos.

Ahora, ¿Dwayne Johnson tiene opciones para el Oscar? Efectivamente estamos ante su mejor papel, lo que no era difícil. Pero dudo que le alcance con ello. No hay dudas de que es una actuación increíble, pero este año se ve particularmente competitivo en la categoría de Mejor Actor. Tal vez una narrativa de "actor reformado" pueda ayudarle: aquella figura encerrada en papeles hipercomerciales que no le permitía emprender vuelo.

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