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"Me salvó la vida": Pensó que era solo un irritante picor, pero los médicos le dieron un impactante diagnóstico

Un picor que no desaparece es algo bastante desagradable, pero para Sue Jackman, una mujer británica de 64 años, esta irritante molestia en un lado de su pecho le salvó su vida. Y es que la mujer, luego de ir al médico por su problema, supo que tenía cáncer de mama. 

Desde que le diagnosticaron la enfermedad, ha trabajado con su hija Sam para diseñar prótesis de mama para otras mujeres que se han sometido a una mastectomía. 

El picor

Sue cuenta que, cuando era más joven, se revisaba los pechos con regularidad. Sin embargo, cuando llegó a los 40 años pensó que no tenía sentido. En 2005, a los 47 años, notó por primera vez la sensación de picor en su pecho izquierdo.

"Fue justo donde el aro del sujetador subía y lo sentí mientras me empapaba en la ducha. Creí que era solo un moretón, no era doloroso, pero había algo allí", le dijo a The Sun Health.

Creyó que podría tratarse de un picor de la ropa interior, pero unas semanas después empezó de nuevo. Ella, que vive en Cornualles, acudió al médico de inmediato, pero le dijeron que era "demasiado joven" para que fuera algo grave. Entonces fue remitida al hospital de Derriford, y solo ahí se dio cuenta de la gravedad de la situación.

Tras las exploraciones, los médicos le comunicaron a Sue que sospechaban que tenía cáncer de mama, pero que para confirmar el diagnóstico tenían que hacerle una biopsia.

"Me hicieron todas las exploraciones y eso fue todo, básicamente me diagnosticaron en un día. Esa picazón me salvó la vida. Estaba en shock", dijo.

Las prótesis

Inicialmente, a Sue se le diagnosticó un cáncer de mama en fase 4 debido al tamaño del bulto. Para que tuviera las máximas posibilidades de sobrevivir, tuvieron que extirparle la mama y los ganglios linfáticos.

Después de eso, la mujer recibió una prótesis: Un sujetador especial que incluye gel de silicona. Pero le resultaba doloroso llevarlo y no encontraba ropa que le quedara bien.

Es por eso que, junto a su hija, desarrollaron Boost, unas prótesis mamarias diseñadas para ser ligeras y transpirables, además de coloridas y a la moda, un gran cambio con respecto a las tradicionales y sin forma de color beige que suelen estar disponibles.

"Solo porque seas un poco mayor o te hayas operado no quiere decir que no seguirás sintiéndote sexy", dijo.