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Estos son los integrantes de la tripulación "fantasma" que viajará a la Luna con la misión Artemis 1 de la NASA

El 29 de agosto era la fecha original en que la misión de la NASA, Artemis I, debía dejar la Tierra y emprender el rumbo a la Luna. A pesar de que no hay una fecha clara para el nuevo intento de despegue, los científicos de la agencia espacial estadounidense se preparan para poder devolver al ser humano al satélite natural.

Si bien Artemis I es considerado un vuelo de prueba que no tendrá tripulantes humanos, esto no significa que la cápsula vaya a estar completamente vacía. Al timón de la nave irá el Comandante Moonikin Campos, un maniquí que registrará los efectos de la aceleración y la vibración del vuelo. 

A su lado, le acompañarán Helga y Zohar, dos torsos conocidos como los tripulantes "fantasmas" de la cápsula Orión.

¿Por qué son "fantasmas"?

Helga y Zohar son dos torsos de maniquí diseñados por la NASA en colaboración con la Universidad Duke, en Estados Unidos, para conocer más sobre los efectos de los viajes espaciales en los humanos.

Se les conoce como "fantasmas" (phantom, en inglés) porque no son como los maniquíes que muestran la ropa en el mall. Helga y Zohar están fabricados con materiales que imitan los huesos, órganos y tejidos del cuerpo humano.

"Normalmente estos 'fantasmas' son virtuales, y los utilizamos para crear avatares de pacientes. El objetivo de nuestro trabajo es que, en lugar de realizar un ensayo clínico con pacientes humanos, se puedan usar estos avatares y realizar un ensayo clínico simulado a través de un ordenador", explicó Ehsan Samei, investigador de la Universidad de Duke que participó del proyecto.

¿Qué función cumplirán?

Estos muñecos son integrantes del Experimento de Radiación Matroshka AstroRad (MARE, por sus siglas en inglés), el que espera, por primera vez en la historia de la investigación espacial, medir los efectos de la radiación en el espacio.

Es que fuera de la Tierra, el Sol, las galaxias y otras estrellas, emiten constantemente radiación cósmica. Mientras estamos en el planeta, el campo magnético nos protege de esta exposición, pero una vez en el espacio, los astronautas están a su merced.

Al igual que con las fuentes de radiación en la Tierra, la exposición en el espacio podría acarrear problemas a largo plazo para la salud de los humanos, especialmente cuando se trate de viajes interestelares de larga duración.

Es por esto que Helga y Zohar contarán con 6 mil sensores de radiación cada uno, los que medirán el impacto de la radiación en los órganos individuales, y además adelantarán las posibles estrategias de protección.

"En lo que respecta a los efectos biológicos, los distintos órganos tienen diferente susceptibilidad a la radiación espacial", explicó en una conferencia de prensa Ramona Gaza, líder del equipo científico de MARE.

Además, por primera vez, incluirán a Helga, un maniquí que, específicamente, ayudará a conocer las diferencias del impacto de los viajes espaciales entre hombres y mujeres.

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