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Conoce cómo es vivir con crometofobia: El miedo excesivo a gastar dinero

  • Por Meganoticias

Los extremos no son sanos y tener hábitos "tacaños" es tan negativo como ser un consumista innato. Sin embargo, cuando esto traspasa los límites podría ser un caso de crometofobia: el miedo excesivo a gastar dinero.

La crometofobia es una aversión o fobia al dinero, que no es demasiado común, detalla el portal especializado Psicología y Mente. Esta suele estar orientada hacia el miedo a quedarse sin recursos o temor a tenerlos, en especial si son metálicos.

Los síntomas asociados al padecimiento pueden ser fisiológicos, cognitivos o conductuales. Los especialistas abordan este problema con las técnicas de exposición, cognitivas o de relajación.

Así es vivir con crometofobia

"En mi consulta veo personas que quieren aferrarse a su dinero. El miedo a gastar es algo que perturba tu vida diaria. Puede llevar a las personas a desarrollar conductas como no pagar las cuentas o no querer usar la tarjeta de crédito”, afirma la terapeuta Khara Croswaite a BBC Mundo.

Ante la crometofobia, las personas experimentan ansiedad, depresión, pensamientos suicidas y problemas con las relaciones sociales, pues se prefiere el aislamiento antes que el gasto. El sueño, el estado de ánimo y la salud también se ven afectados.

A nivel fisiológico, los diagnosticados sufren de taquicardia, incremento de la presión arterial, sudoración, diarrea, dolor muscular, dificultad para respirar e impotencia al no poder controlarlo. Las cosas más simples, como tener dinero en la cartera, surtir gasolina o revisar la banca virtual pueden volverse complicadas.

¿Cómo nace el miedo al dinero?

La fobia económica, así como otras afecciones específicas, nace como resultado de factores indeterminados. La Clínica Mayo indica que las experiencias negativas o ataques de pánico relacionados con el objeto o sujeto en cuestión podrían ser la respuesta.

Un cuadro de crometofobia también aparece a consecuencia de los antecedentes familiares o las conductas aprendidas con personas del mismo entorno. No hay porque descartar la función cerebral, que desempeña un rol fundamental en el desarrollo de fobias.

Ante la aparición de signos de cualquier situación mental persistente es propicio considerar la ayuda psicológica. Además, en caso de que algún miedo quieran influir en la vida cotidiana, lo mejor es enfrentarlo y darles una lección de valentía.

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