Capturan a mujer embarazada con oído "privilegiado" que ayudaba a asaltar a víctimas a la salida de los bancos

Una increíble cualidad le permitió a Constanza Arenas colaborar en una serie de asaltos que cometían diferentes bandas delictuales a personas que salían con dinero en efectivo del banco.

La mujer de 30 años estuvo prófuga por largos meses y se había esfumado de la Región Metropolitana, pero reapareció en abril, cuando lograron capturarla. Actualmente está en prisión preventiva por 11 delitos cometidos entre 2024 y 2025, en robos avaluados por $70 millones.

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Un oído "privilegiado"

Según reveló El Mercurio, Constanza Arenas era contratada por diferentes bandas para ejercer el cargo de "marcadora", es decir, la persona encargada de escoger a las víctimas que debían asaltar.

Su don era contar con un oído "privilegiado", que le permitía escuchar el sonido de los billetes y así escoger a las víctimas que tuvieran mayor cantidad de dinero y fueran vulnerables. Además, se especializó en ser una gran observadora.

"La acción de un 'sacador' o 'marcador' es tan importante, tan determinante, que no existiera esta persona, no se puede concretar o consumar el delito", explicó al citado medio el fiscal Leonardo Soto, de Focos Investigativos (Sacfi) de la Fiscalía Metropolitana Oriente.

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Un robo de $28 millones

Uno de los últimos asaltos en los que participó Arenas fue en septiembre de 2024, cuando una adulta mayor retiró $28 millones de su jubilación en un banco de El Bosque. Al salir del recinto bancario, la víctima y sus familiares que la acompañaron fueron intimidados por tres delincuentes que se robaron el dinero.

Primero se sospechó del guardia, pero las cámaras de seguridad captaron a Arenas simulando ser una clienta, cuando en realidad estaba escuchando y viendo lo que hacía la víctima. Por ese robo se llevó $4 millones.

La caída de Arenas estando embarazada

La primera detención de la mujer data de 2016, por delitos de la misma naturaleza, aunque desde 2019 permanecía con libertad vigilada.

Por años, ofreció sus servicios en diferentes bandas, sin embargo, su caída comenzó a gestarse tras un asalto a un carabinero en retiro. El uniformado evitó el robo y uno de los asaltantes, que era pareja de Arenas, perdió su celular en el atraco, lo que sirvió como prueba para incriminar a la mujer en los delitos.

El avance de la investigación permitió establecer que al menos cuatro bandas contaban con los servicios de la mujer para cometer los asaltos, hasta que en 2025 se pudo atrapar a Arenas, que incluso estaba embarazada, lo que le facilitaba pasar desapercibida en los bancos.

Según explicó el inspector Renato Caro, "la demora de la detención correspondió a que ella tenía una cierta protección de las bandas criminales: le facilitan el domicilio para quedarse constantemente y así no poder ser ubicada". La mujer era tan importante, que las bandas usaban un segundo auto en los delitos solo para llevarse y resguardar a Arenas.

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