Dictan prisión preventiva para acusado de homicidio de chef en Quillota: Denuncian crimen de odio

¿Qué pasó?

Conmoción causó el pasado 29 de julio la muerte de Jaime Vergara Jiménez, conocido chef de Quillota, en la región de Valparaíso, cuyo cadáver fue hallado por su hija al interior de su vivienda en el condominio Altos de Merced.

Tras una serie de diligencias, la Policía de Investigaciones (PDI) detuvo a un joven de 18 años conocido como "el Manopla", quien se entregó cuando ya se había emitido una orden de detención en su contra.

De iniciales J.A.C.O., el imputado fue formalizado este lunes y quedó en prisión preventiva. La jueza de Garantía, Laura Catalán, estimó que su libertad constituye un peligro para la sociedad y estableció 85 días para la investigación.

Los antecedentes del homicidio

Según los antecedentes del fiscal César Astudillo, el acusado arribó en un taxi colectivo al domicilio de la víctima tras haberla conocido mediante la aplicación de citas “Grindr” dos semanas antes del crimen. Supuestamente acudió con el fin de venderle marihuana.

Después de compartir por alrededor de dos horas, el presunto homicida se alteró y agredió con un arma cortopunzante a Vergara Jiménez, provocándole heridas en la cabeza, el cuello y el tórax. De acuerdo a su propia declaración, el joven se duchó en el baño del departamento, limpió el lugar, se cambió de ropa y sustrajo especies para que la escena pareciese un robo.

Además, el acusado escribió la palabra "maraco" en el cuerpo de la víctima antes de abandonar el inmueble.

Denuncian crimen de odio

Durante la audiencia, el fiscal Astudillo advirtió que se obró sobre seguro, ya que el cocinero “si bien era una persona de 47 años, padecía enfermedades metabólicas, era diabético, insulinodependiente, y producto de esta enfermedad, perdió masa muscular en ambas piernas”. Además, usaba un bastón para caminar.

En tanto, la defensa alegó legítima defensa por parte del joven ante un eventual intento de ataque sexual. Sin embargo, la magistrada Catalán indicó que “no guarda coherencia con el informe de lesiones (del detenido), es el imputado quien porta el arma, no la víctima”.

Ramón Gómez, encargado de DDHH del Movilh en la región, acusó que "este es un crimen lamentable, y a todas luces un crimen de odio. El homicida confeso ha dicho que asesinó a esta persona simplemente porque descubrió que era una persona con una orientación sexual diversa, y además llegó al extremo de dibujarle, escribirle en su cuerpo, palabras homófobas".

Este artículo informa de un proceso judicial en curso, por lo que los involucrados no deben ser considerados culpables hasta que los organismos pertinentes lo determinen.