El violento asesinato de la actriz Daniella Pérez que hizo cambiar la legislación brasileña

Daniella fue asesinada el 28 de diciembre de 1992, Día de los Santos Inocentes. Entre 15 a 18 puñaladas se contabilizaron en el cuerpo de la joven actriz brasileña, de 22 años de edad, quien lamentablemente sufrió una emboscada por parte del también actor Guilherme de Padua, quien ahora se convirtió en Pastor Evangélico.

El cuerpo ensangrentado y brutalmente masacrado de la actriz, fue encontrado en un parque de la Barra de Tijuca, elegante barrio de Río de Janeiro, Brasil, lugar donde le quitaron la vida su compañero de set y la esposa de éste, Paula Thomaz.

Una historia de celos y de falsos amantes fueron los móviles que se manejaron durante el esclarecimiento de este violento asesinato; sin embargo, la verdadera causa fue posiblemente la frustración por parte de Guilherme que, para ese entonces, grababa junto a Daniella la teleserie De corpo e alma (De cuerpo y alma), en los que ambos personificaban a una pareja de enamorados, hasta que el intérprete fue sacado del proyecto.

Guilherme, actor secundario del audiovisual, buscaba el reconocimiento, el estrellato, el protagonismo. Y lo consiguió, pero de otra manera...

El día del asesinato

Señales de lucha y contusiones, aunada a las heridas punzo penetrantes desde el cuello hasta el pecho y costados, demostraron que Daniella -joven promesa de la actuación e hija de la afamada guionista Gloria Pérez- tuvo una muerte sanguinaria.

De acuerdo a la prensa de ese país, la noche que a Daniella le arrebataron su vida fue seguida por Guilherme y su esposa, quienes planearon el asesinato de la actriz y la emboscaron en una bencinera, lugar donde fue golpeada por el hombre y, posteriormente, llevada a escenario donde la asesinaron.

Una vez en Barra de Tijuca, Daniella fue apuñalada, según los culpables con una tijera. Sin embargo, y tras las averiguaciones, las autoridades brasileñas descartaron este objeto y sostuvieron que una herramienta más delgada -como una daga o un puñal- fue la utilizada para propinarle las heridas a la joven.

Después del crimen

Evidentemente y una vez conocida la noticia, las reacciones no se hicieron esperar. Por una parte la madres de la joven, Gloria Pérez, junto al esposo de Daniella, el también actor Raul Gazolla, pedían justicia de manera desconsolada; mientras sus compañeros de la teleserie lamentaban su pérdida. Por otro lado, el país entero se mantuvo atónito por el crimen.

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La búsqueda de la actriz no se extendió por mucho tiempo. De hecho y según lo consignado en el sitio web daniellaperez.com.br, el cuerpo de Daniella fue encontrado horas después del brutal asesinato, gracias a la notificación de unos residentes de un condominio, quienes denunciaron la presencia de dos autos sospechosos. Un abogado que transitaba por el lugar también fue testigo de la presencia de los vehículos y anotó la patente de uno de ellos: el de Guilherme.

Con el número de la patente, y a pesar de los varios intentos del actor para engañar a la policía, terminó confesando el crimen, alegando entre tantas cosas, un supuesto acoso por parte de Daniella.

No obstante, el Tribunal brasileño concluyó que Guilherme quería seducir a la joven actriz, por ser hija de la guionista de la teleserie. 

daniellaperez.com.br

Dado los intentos fallidos del actor y las escurridizas respuestas de Daniella ante la insistencia de Guilherme, el ahora pastor evangélico se desesperó y junto a su esposa Paula, planearon y ejecutaron el asesinato que aún se mantiene en la memoria de muchos brasileños, según los propios medios de comunicación de ese país.

Luego del juicio,  Guilherme de Padua fue condenado a 19 años de cárcel, mientras que su esposa, Paula Thaiz, a 18. Para ese entonces las leyes brasileñas no consideraban el delito de homicidio calificado como algo realmente de peso. De hecho, ambos asesinados solo cumplieron 7 años de condena. 

Desde ese momento, Gloria Pérez comenzó una intensa campaña para cambiar la lesgilación en esta materia. tras de recolectar 1.300.000 de firmas, el congreso de Brasil votó y aprobó una enmienda popular que convertía el homicidio calificado en un crimen mucho más grave.