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Debutó a los 32 años en la NBA y fue la figura de los Lakers

  • Por Roberto Cuevas

A los 32 años, 4 meses y 23 días, Andre Ingram logró el sueño de su vida, debutar en la NBA. 

Todo comienza el 2007 mientras jugada por la Universidad de Washington. Ese año no fue seleccionado en el Draf, y su camino fue directo a la Liga de Desarrollo de la NBA -hoy conocida como G-League- donde estuvo una década.

Arrancó en los Utah Flash y en 2011 pasó a Los Angeles D-Fenders, que desde esta temporada son los South Bay Lakers. Probó en Australia -sólo dos partidos por los Perth Wildcats- para volver a Estados Unidos. Sus cercanos siempre le recomendaron ir a Europa, donde podría ser profesional y ganar dinero, pero jamás perdió la esperanza de jugar en la NBA.

El licenciado en física y apasionado por las matemáticas continuó en la Liga de Desarrollo, donde el pasado mes de noviembre cumplió 10 años jugando. Ha disputado 384 partidos y es el líder histórico en triples con 713 (46.1% de efectividad).

Con la temporada finalizada para su equipo South Bay Lakers, lo convocaron a una reunión de final, todo indicaba que era el fin de su carrera, pero Los Angeles Lakers -dueño de la franquicia- tenían una gran sorpresa: le ofrecieron un contrato por 10 días para jugar los dos últimos partidos de la temporada regular de la NBA. 

El ídolo y presidente de los Laker, Magic Johnson le dio la bienvenida.

DEBUT A LOS 32 AÑOS

Hasta que llegó el día más esperado en la carrera profesional de Andre Ingram. Este martes, el "novato" de 32 años comenzó en la banca frente a los Houston Rockets. Cuando restaba 1:53 para finalizar el primer cuarto, Ingram recibe el saludo de Chris Paul estrella de la Liga y líder del rival para su debut en la NBA. 

Y no defraudó, sus primeros puntos como profesional fueron un triple, luego encadenó 4 tiros de larga distancia y completó 19 puntos, en 29 minutos en cancha. 75% de efectividad de tiros de campo y 80% en triples.

Los fanáticos de los Lakers lo ovacionaron de pie, y se retiró de la cancha con el grito de "MVP". James Harden, figura de los Rockets, destacó su impresionante noche y su técnico Luke Walton, tras darle un fuerte abrazo, le entregó el balón del partido.

El cuento de hadas de Andre Ingram aún no acaba, ya que este miércoles los Lakers deben enfrentar este a los Clippers en el Staples Center. 

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