Neuroplasticidad: Cómo reprogramar tu cerebro para crear la vida que deseas

La neuroplasticidad, esa capacidad extraordinaria del cerebro para reorganizarse y crear nuevas conexiones neuronales, representa uno de los descubrimientos más esperanzadores de la neurociencia moderna. Según la neurocientífica y psicóloga organizativa Nicole Vignola, autora de "Neurohábitos", "tenemos la capacidad de cambiar a cualquier edad. Así que hasta bien entrada la vejez, tenemos la capacidad de cambiar".

En una charla con el canal de Youtube "Aprendamos Juntos 2030", la experta sostiene que desde la infancia, nuestro cerebro funciona como una computadora que va instalando un "software" basado en las experiencias, creencias y patrones que observamos en nuestro entorno.

"Todos tenemos cerebros de aspecto similar, pero todos tenemos un software completamente diferente dependiendo de cómo nos criaron, cómo nos enseñaron nuestros padres", explica Vignola.

Este condicionamiento temprano crea lo que la experta denomina "creencias profundamente arraigadas" que pueden limitarnos en la edad adulta. Sin embargo, la neuroplasticidad nos ofrece una oportunidad única: "El software que ha sido programado en nosotros tiene la capacidad de actualizarse si así lo deseamos".

El cerebro no distingue entre bien y mal

Una de las revelaciones más importantes de la neurociencia es que "el cerebro no entiende la diferencia entre el bien y el mal, solo sabe lo que se ha repetido". Esta comprensión es fundamental para desarrollar autocompasión cuando intentamos cambiar hábitos o patrones de pensamiento.

Cuando estamos estresados, el cerebro tiende a tomar "atajos mentales" conocidos como heurística, eligiendo siempre "la ruta fácil, porque tomar la nueva ruta requiere energía y esfuerzo". Por eso es crucial preparar el terreno mental antes de intentar cualquier cambio significativo.

Las tres fases para la transformación personal

Vignola propone un enfoque estructurado de tres fases para lograr cambios duraderos:

Fase 1: rompe el bucle

Esta fase se centra en gestionar el estrés y la ansiedad, preparando el cerebro para el cambio. "A veces vivimos en un estado de ahorro de energía en el que el cerebro y el cuerpo priorizan las necesidades esenciales más básicas y, por lo tanto, pensar en los hábitos puede ser difícil".

Fase 2: transforma tus pensamientos

Un proceso de siete pasos que ayuda a reprogramar la mente hacia nuevas creencias y hábitos más beneficiosos.

Fase 3: crea cambios duraderos

Esta fase enseña cómo mantener los nuevos hábitos, entendiendo por qué "nuestro cerebro prioriza el camino fácil" y cómo reconfigurar estos patrones.

El sesgo de negatividad y cómo superarlo

Los seres humanos poseemos un "sesgo de negatividad" evolutivo que nos hace prestar más atención a la información negativa. "De las ocho emociones básicas, hay cuatro que son negativas, dos que pueden ser positivas o negativas, y solo dos que son solo positivas", señala la neurocientífica.

Para contrarrestar este sesgo, Vignola recomienda prácticas como la gratitud y celebrar las pequeñas victorias: "Cuando nos digamos: 'Oye, muy bien. Lo has hecho genial hoy', liberaremos dopamina". Esta liberación activa el sistema de aprendizaje basado en recompensas, reforzando comportamientos positivos.

La ciencia de la visualización

La técnica de visualización tiene fundamentos neurológicos sólidos. Un estudio de 1995 del Dr. Pascual-Leone demostró que imaginar tocar el piano activaba la corteza motora de manera similar a tocarlo realmente. "Podemos empezar a crear cambios plásticos en el cerebro solo con el pensamiento".

La visualización no requiere capacidades especiales. Puede practicarse escribiendo los pasos de una acción deseada o usando códigos de colores para organizar objetivos. "Cuando visualizas un resultado en particular... lo que le estás enseñando al cerebro es que estás creando un plan de lo que podría suceder después".
El ejercicio como medicina para el cerebro

La actividad física genera "mioquinas", proteínas derivadas del músculo que benefician directamente al cerebro. Una de las más importantes es el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), que "actúa como fertilizante para el cerebro. Ayuda a que las sinapsis se mantengan fuertes, intactas e íntegras".

Los beneficios se obtienen manteniendo "entre 120 y 150 minutos a la semana" de ejercicio aeróbico al 60-65% de la frecuencia cardíaca máxima, lo que puede conseguirse simplemente caminando a paso ligero.

La importancia crucial del sueño

"El sueño es nuestra herramienta de optimización número uno", afirma Vignola. Durante el sueño profundo ocurren procesos vitales como la activación del sistema glinfático, que "es básicamente como una lavadora" que elimina toxinas cerebrales.

La privación del sueño tiene efectos dramáticos: dormir seis horas en lugar de ocho durante una semana "alteraba 711 genes, el 50% se regularon a la baja afectando el sistema inmunológico y la otra mitad se regularon al alza aumentando la inflamación".

Construyendo autoconfianza auténtica

Para desarrollar confianza genuina, Vignola recomienda "fijarnos objetivos realistas, pero también seguirlos a rajatabla. Cumplir esas promesas que te has hecho a ti mismo". Cada promesa cumplida construye una "base de datos de confianza" que refuerza la creencia en nuestras capacidades.

La mentalidad de crecimiento es fundamental: "No hay bien o mal, sino que debemos corregir la ruta". Los fracasos se convierten en información valiosa para ajustar el camino hacia nuestros objetivos.
La dopamina y el mito de la felicidad

Contrario a la creencia popular, "la dopamina no tiene que ver con la felicidad, sino con querer más". Este neurotransmisor nos motiva hacia objetivos, pero disminuye una vez alcanzados, creando la "falacia de llegada" donde pensamos "seré feliz cuando...".

La clave está en encontrar satisfacción en el proceso, no solo en los resultados: "La felicidad está en el camino".

Conclusión: el poder está en nuestras manos

La neurociencia nos demuestra que no estamos condenados a repetir patrones limitantes. "Si tenéis una programación que ya no os funciona, quiero que os liberéis de ella, porque por supuesto que podéis cambiar", concluye Vignola.

La transformación personal requiere comprensión científica, práctica consistente y, sobre todo, compasión hacia nosotros mismos durante el proceso. Como afirma la experta: "Podemos reprogramar nuestro cerebro para convertirnos en la persona que queremos ser".

La neuroplasticidad no es solo una teoría científica; es una invitación a tomar control activo de nuestro desarrollo personal y crear la vida que realmente deseamos vivir.

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