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Javier Margas relata cómo es feliz disfrutando a su familia: "Yo manejo mis tiempos, estoy jubilado"

El exfutbolista nacional Javier Margas, dejó el balompié en 2001 a los 32 años, sin embargo, se dedicó a administrar hoteles y manejar sus propios negocios.

Actualmente, y como él señala, se encuentra jubilado, ya que sus hijos se han hecho cargo de sus negocios y les pide un determinado monto para sobrevivir.

Sus hijos administran sus negocios

El mundialista en Francia 1998, implementó un particular sistema junto a sus cinco hijos en el que él les otorgó la administración de los recintos de hospedaje y entregó más detalles a Las Últimas Noticias.

“Por ejemplo, a mi hija no le paso plata, le paso un hotel y le digo ‘ya, hazte cargo tú’. A la otra le paso una residencia, a mi hijo también le pasé un motel y le digo ‘ya, dame tanto mensual’, y así empiezan a trabajar desde chiquititos”, explica el ex Universidad Católica.

Es fácil pedir, pero mejor que les cueste, para que le tomen valor a las cosas, lo que les cuesta cuando van a comer a un restorán, no puede ser todo tan bonito”, contó a LUN.

Trabaja estando jubilado

A pesar de eso, Margas continúa involucrado, pero con tareas menores y que no requieren mayor dedicación como en un trabajo a tiempo completo.

Yo me quedo con un negocio para entretenerme, el del camino internacional (Motel Ensueño, en Concón) y ahí tengo los maestros porque yo me preocupo de la mantención, de los eléctricos. Prefiero estar encima. Es para tener un poco de actividad”, señaló al citado medio.

Es más, admite que es trabajólico y que “no le gusta salir de vacaciones, me arranco un fin de semana en patota, ¡si paso todos los días de vacaciones!, cuando quiero me levanto, cuando no quiero, no, yo manejo mis tiempos”.

Su familia, su felicidad

Como ya está jubilado y sus cinco hijos son mayores de edad, el exdefensa se encarga de disfrutar y ser feliz con su familia, especialmente con sus nietos.

“Yo ya estoy saturado de viajar o darme gustos, de ir a Reñaca. Mientras más relajadito mejor. Los cabros chicos me hacen feliz, si ya lo he hecho todo”.

“A mis nietos los disfruto más, Santino me da alegría porque recuerdo a mi hijo, son los momentos que no disfruté los verdaderos hijos”, cuenta el jubilado de 54 años.