Columna de Mauricio Morales: "Kast en zona de riesgo"
- Por Mauricio Morales
Por Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política, profesor titular, Universidad de Talca-Campus Santiago.
Son nueve puntos los que ha retrocedido Kast desde mediados de agosto, mientras que Kaiser ha aumentado siete en la misma serie de tiempo. Según la última encuesta Cadem, Kast marca 20% y Kaiser 14%. Estadísticamente, la ventaja de Kast sigue siendo significativa, pero ha comenzado a suceder algo inesperado. Las bases duras del candidato republicano están cediendo.
En principio, fue una caída leve que, en cierta medida, favoreció a Evelyn Matthei, pero que posteriormente, y cuando los candidatos se expusieron a debates abiertos y públicos, fue Kaiser el candidato más beneficiado.
Estos resultados, por cierto, echan por tierra una hipótesis que cuestioné en este mismo espacio, y que correspondía al presunto pacto entre Kast y Kaiser para hacer aparecer a este último como un candidato irracional y extremo, con el objetivo de empujar a Kast hacia el centro. Lo que ignoró esta hipótesis es que Kaiser tiene una poderosa agenda propia y que, a diferencia de Kast, no se enreda con el Gobierno, optando por enviar mensajes cortos, claros y contundentes para los electores.
De hecho, la disputa entre Boric y Kast no ha tenido efecto positivo alguno sobre la intención de voto hacia el candidato republicano. Incluso, diría que todo lo contrario, pues lo distrajo de las materias que más importan a los chilenos vinculadas a la delincuencia, terrorismo, migración y crecimiento. Kaiser, en cambio, los ignora a todos, salvo a los votantes que sufren y que demandan mano dura en el amplio sentido de la palabra.
Ir a la siguiente nota¿Quién gana con esta competencia total en la derecha? Según el pronóstico de Cadem, Jara. En silencio y llena de tropezones y torpedeos desde su propio comando, está en el 30%. En la pregunta de intención de voto le saca siete puntos a Kast, la distancia más contundente desde que Jara entró a la competencia electoral.
Por primera vez, la diferencia entre el primer y segundo lugar es estadísticamente significativa. Jara, de a poco, se aproxima al piso de su propia coalición de Gobierno, que es del 40%. A lo mejor no logra esa cifra, pero si sigue aumentando su ventaja sobre el candidato que llegue en segundo lugar, su campaña podría tener un nuevo impulso.
Por ejemplo, si es Kaiser quien avanza a la segunda vuelta, doblegaría a Jara, pero por solo cinco puntos según Cadem (41% versus 36%), lo que anticipa una competencia más reñida en comparación con un duelo que la enfrente con Kast o Matthei.
Pero no todo es tan positivo para la izquierda, pues la sumatoria entre Kast y Kaiser —la derecha radical— alcanza un 34%, el mismo porcentaje de aprobación que logra el presidente Boric. Lo dramático es que su Gobierno sufrió la derrota ideológica en el Plebiscito Constitucional de 2022, la derrota política al verse imposibilitado de implementar su programa de Gobierno, y la derrota electoral en caso de que sea la oposición la ganadora de la próxima elección presidencial.
Pero si es la derecha radical la triunfadora, se sumaría una especie de derrota moral, que dejaría al propio Boric un tanto debilitado para enfrentar una nueva aventura presidencial en 2029.
¿Y Matthei?, ¿qué pasa con ella? No mucho en realidad. Si bien bajó al cuarto lugar, persiste el empate estadístico con Kaiser, pero su intención de voto está prácticamente inmóvil desde hace varias semanas. Su comando confía en la existencia de algo así como un voto oculto, pero ese es un acto de fe más que un acto vinculado a una campaña presidencial.
Sigo insistiendo en que su estrategia de campaña se dirige más hacia la elite que hacia los votantes de segmentos populares. A veces queda la sensación de que su comando diseña tácticas electorales como si el voto fuese aún voluntario. Se han olvidado de ese enorme bolsón de votos que representan los segmentos urbano-populares de la capital que, dicho sea de paso, le dieron el macizo triunfo a Boric sobre Kast en 2021.
En fin. Todo indica que se nos abre un escenario inesperado en la carrera presidencial. Mi gran duda es si Kaiser será capaz de seguir perforando las bases duras de Kast. La diferencia entre ambos es de seis puntos, pero como el juego es de suma cero —lo que gana uno, lo pierde el otro— la distancia real es de sólo tres unidades.
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