Su gato la rasguñó y terminó con una grave infección en el dedo: Le tuvieron que quitar la uña
- Por Vicente Guzmán
¿Qué pasó?
Lo que parecía ser un simple rasguño terminó en una verdadera pesadilla para Kara Marie, una mujer de 35 años que debió acudir a urgencias luego de que su gato le causara una peligrosa infección en el dedo en Estados Unidos.
"Su garra se metió justo en medio"
Un viernes por la noche, la mujer tenía problemas para conciliar el sueño, por lo que decidió irse a dormir al sofá de su living. A eso de las 5 de la mañana, su gato, llamado Sponge, comenzó a rascar su caja de arena y la despertó.
Cuando se levantó del sillón, Sponge se subió: "Cuando puse la mano en el sofá para darme la vuelta, saltó y su garra se metió justo en medio, entre mi uña y el pliegue de mi piel", contó en conversación con People.
Ir a la siguiente notaCon un mal presentimiento, Marie se levantó y se lavó las manos de inmediato: "Tengo una extraña intuición para muchas cosas. Por desgracia, en cuanto su uña tocó mi piel, supe que iba a ser un problema".
Lo llamativo es que su uña no sangraba, aunque igualmente se aplicó una crema antibiótica por las dudas y se puso un parche curita.
El fin de semana transcurrió sin problemas, pero el lunes ya comenzó con dolores, el martes le salió pus del dedo y el miércoles la herida había empeorado mucho. "La punta de mi dedo estaba morada, caliente al tacto y me sentí incómoda", recordó. Incluso llamó a su doctor, quien le dijo que tenía que liberar la infección que estaba atrapada.
Terminó en urgencias
Tras no mejorar, Marie llegó al hospital: "Me llevaron directamente a urgencias. De inmediato me colocaron una bolsa de antibióticos y llamaron al departamento de cirugía de mano". El doctor le dijo que tenían que abrir la mano y drenarla, incluso era probable que tuvieran que quitar la uña. Sin embargo, eso no ocurrió y la cirugía resultó exitosa en primera instancia.
A pesar de ello, debió pasar la noche hospitalizada, ya que el cirujano le explicó que las infecciones en la mano izquierda pueden ser peligrosas, pues tienen una vía directa al corazón y podrían propagarse.
Al día siguiente siguió con fuertes dolores en el dedo, por lo que le recetaron más antibióticos y le debieron extirpar la uña. Tras recibir el alta, los malestares persistieron y regresó a urgencias, donde confirmaron que no había complicaciones cardíacas.
Finalmente, los médicos le dijeron que debía remojar su dedo tres veces al día y que su uña tardaría entre seis meses y un año en crecer de nuevo por completo.
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