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Los ojos sufren una importante transformación: Así cambia el físico de un astronauta luego de casi un año en órbita

Un estudio de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) con el astronauta Scott Kelly, que pasó 340 días en el espacio, reveló los importantes cambios corporales que sufren estos profesionales fuera de la Tierra.

Específicamente, la investigación de la NASA buscaba observar las modificaciones en ausencia de gravedad que vivió el hoy retirado astronauta norteamericano tras su retorno a la Tierra, de acuerdo a lo que informa el medio FayerWayer.

La investigación

Scott Kelly pasó 340 días, entre 2015 y 2016, en la Estación Espacial Internacional y sufrió varios cambios importantes, los que fueron monitoreados durante un año por la agencia aeroespacial norteamericana. 

Scott tiene un hermano gemelo, también astronauta, llamado Mark. Con este plus, la NASA comparó el cambio entre ambos. Es decir, mientras Scott permanecía en el espacio, el segundo estaba en la Tierra. 

NASA evaluó también al cosmonauta Mikhail Kornienko, con quien Kelly compartió el viaje en la misión en el espacio.

Efectos en la vista

Uno de los cambios más evidentes fueron en la vista. De acuerdo a la evidencia científica, este es uno de los sentidos que más cambios sufre en el espacio, al estar encerrados con luz artificial durante casi un año.

También, según las conclusiones de la investigación, la ausencia de gravedad afecta a los ojos.

El impacto en la salud de la visión de los astronautas como resultado de un vuelo espacial a largo plazo se conocía como Síndrome de Presión Intracraneal. Después se le llamó Síndrome Neuro-ocular (SANS).

“La duración de la misión del vuelo espacial puede contribuir a empeorar los cambios estructurales oculares, como la inflamación de los tejidos de la cabeza del nervio óptico”, dijo Brandon Macías, director del Laboratorio Cardiovascular y de la Visión del Centro Espacial Johnson de la NASA, sobre una investigación que publicó en la revista JAMA Ophtalmology.

Resultados

Uno de los dos astronautas, quien no fue identificado en el trabajo, desarrolló un edema leve del disco óptico, que sucede “cuando las fibras nerviosas que entran en la parte posterior del ojo se hinchan, o cuando el LCR (líquido cefalorraquídeo) se acumula alrededor de las fibras nerviosas”.

La otra persona experimentó un edema del disco óptico, además del desarrollo progresivo de pliegues coroideos.

“La retina en la parte posterior del ojo es una capa suave. Los pliegues coroideos se desarrollan cuando este tejido se arruga y se vuelve desigual. Estos pliegues pueden tener diferentes patrones según la ubicación y la gravedad, y tienen el potencial de afectar la función visual”, dijo Macías.

Ambos profesionales, Kelly y Kornienko, se recuperaron tras su retorno a la Tierra.

Comparación entre los gemelos

Los efectos del espacio en los astronautas no solo se limitó a la visión, sino que también afectó al ADN.

En la comparación de Scott y Mark Kelly, se observaron las grandes diferencias en la epigenética de sus genomas.

De acuerdo a la investigación, hubo una diferencia de menos del 5% en la metilación general entre los gemelos durante la misión. Esto se agravó nueve meses después, ya que solo el 79% del ADN de Scott estaba metilado, en comparación con el 83% de Mark.

Más del 90% de los genes de Scott volvieron a la normalidad seis meses después de su retorno.

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