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Datos para evitar estrés de escolares el segundo semestre

  • Por Meganoticias

La psicóloga de la Clínica Cordillera, Jessica Sossa, explicó que el relajo de las vacaciones de invierno, que culminan este viernes, es fundamental para comenzar de la mejor manera el nuevo periodo del año, aunque aclaró que es muy importante no sobre presionar a los niños y jóvenes con los estudios para que no se frustren.

 

"Un par de días antes de entrar al colegio, es recomendable reorganizar sus horarios, comentándoles que se aproxima la vuelta a clases. Hay que hacerles un pequeño recuento acerca de las cosas positivas de este hecho, recordándoles que es hora de retomar sus obligaciones", comentó la psicóloga.

 

Explicó además que puede ser normal que los primeros días de clases los niños echen de menos estar en sus casas, pasear o divertirse, pero "es importante que los padres les aclaren que esto les ocurre tanto a niños como adultos".

 

"Se debe tratar el tema con total naturalidad. Entrar a clases puede generar estrés, pero depende de cada niño, su entorno familiar y la relación que tengan con el colegio que esto no suceda. Es esperable que la primera semana les cueste un poco retomar el ritmo de la rutina escolar, pero después de unos días deben adaptarse nuevamente", sostuvo.

 

Si un niño se encuentra desmotivado luego de una o dos semanas de clases y continúa de mal humor, triste, irritable o reacio a hacer sus tareas o levantarse temprano, la especialista recomendó a los padres que indaguen sobre qué está sucediendo en su colegio y que consulten con un especialista.

 

En el caso que los estudiantes hayan tenido un mal rendimiento en la primera parte del año, Sossa aclaró que es fundamental que los padres conversen sobre sus calificaciones cuando emprendan el segundo semestre.

 

"Por esta razón es bueno que los padres se proyecten junto con el niño de manera esperanzadora acerca de cómo será el nuevo periodo educacional que se avecina. Así podrán motivarlos para que mejoren sus notas", afirmó.

 

Los padres junto a los profesores y al niño deben realizar un análisis del porqué hubo un mal rendimiento, puntualizó.

 

"Luego pueden crear un plan para mejorar las notas en las diferentes materias. Como ejemplo es bueno establecer horarios de estudios supervisados por adultos, buscar ayuda con psicopedagogos, mejorar las relaciones entre el menor, los padres y el colegio, o atender alguna problemática emocional del niño y la familia, dependiendo de donde radique el problema", agregó.

 

También advirtió que a veces la presión de los padres para que los niños tengan un buen rendimiento escolar puede ser perjudicial. Si las exigencias son superiores a lo que el menor puede entregar, les generaría frustración.

 

"Si bien el estudio es una responsabilidad importante, las actividades de un niño no deben resumirse sólo a estudiar, es necesario que el pequeño juegue, comparta, practique deportes, incluso que se equivoque", acotó.

 

(UPI)