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El live action que no debía funcionar? pero funciona: Cómo entrenar a tu dragón (versión humana)

Una tenía que dar en el clavo. No es un misterio mi animadversión a las películas live action, lejanía que pareciera no tener mucha cabida en el público casual, quien, pese a no considerarlas grandes películas, asiste en masa a verlas. De hecho, El Rey León (2019) está entre las 15 películas más taquilleras de la historia. El éxito de la última Lilo & Stitch es un claro ejemplo de una fórmula que busca exprimir cada gota de nostalgia que habita en nuestros corazones, fórmula que no iba a tardar en emigrar de estudio.

¿Qué son 15 años? Menos de un pestañeo en la humanidad, menos de un décimo de la historia del cine, pero tiempo suficiente para que DreamWorks decidiera reimaginar el canon de Cómo entrenar a tu dragón. La película de vikingos y dragones llegó al cine de la mano de Dean DeBlois, director de la película original de 2010. Con Mason Thames, Nico Parker y Gerard Butler volvemos a visitar este maravilloso mundo que logró una de las trilogías animadas más aplaudidas del siglo.

La producción de remakes es clave en la preservación de las historias. Scarface, de Brian De Palma, logró contar una cruda historia a esas generaciones que no tuvieron acceso a la película de 1932. Incluso algunos live action de Disney pueden lograr ese paso de posta. La generación que vio La Cenicienta en 1950 pudo llevar a sus nietos a ver la de 2015; la generación que vio en cines La Bella y la Bestia llevó a sus hijos a ver la versión con Emma Watson. El cine como la eterna historia (mejor o peor ejecutada) que es contada a distintos grupos.

Pero en 15 años… ¿a quién le contamos la historia? ¿Quién es tan ajeno a los productos de 2010 que necesita una relectura de esta historia? Cómo entrenar a tu dragón nace de la ausencia absoluta de energías para crear relatos nuevos y modernos. No es que no haya nada nuevo que contar; es que no queremos hacer oídos sordos. Un nuevo live action se apodera de la pantalla y lo peor… es que está buena.

La versión humana de Cómo entrenar a tu dragón es todo lo que no ha podido hacer Disney: la mejor reescritura de una historia animada llevada a personas de carne y hueso. Y, en cierto sentido, tiene lógica que sea buena. A excepción de pequeñas modificaciones, la historia es un calco de la versión animada, un Ctrl+C y un Ctrl+V. Pero entiende sus limitaciones, entiende que la animación no es un género, sino un método, y que hay ciertas cosas que solo son jurisdicción de la animación, que no se pueden replicar en un live action.

Teniendo eso en cuenta, la película logra mantener (y por momentos mejorar) esa línea emocional de la versión original. La historia es entretenida, fresca, no baja su vuelo en ningún momento de las dos horas y logra generar nudos emocionales que resuenan en el alma del espectador sediento de nostalgia. Las actuaciones son perfectas y el acabado visual es impecable. Un buen trabajo que logra hacer unos dragones verosímiles. Chimuelo se siente presente en la escena (no como otra tierna mascota que también está en los cines).

No me bajo de este barco. La constante creación de live actions no tiene un final artístico, solo monetario. Estamos pasando por la etapa creativa más oscura de Hollywood, pero si vamos a mantenernos en esta tónica, que al menos las historias que repetimos sean buenas. Cómo rehacer a tu dragón.

Entendiendo que la secuela ya está confirmada… Cate Blanchett, contesta el teléfono, por favor.