"Yo no dormía, era tortuoso": Alison Mandel cuenta cómo era vivir con el trastorno del sueño de su hijo
- Por Nicolás Escárate
Por casi tres años, la comediante Alison Mandel junto a su pareja, Pedro Ruminot, tuvieron que enfrentar una dura situación junto a su hijo menor, Baltazar.
Resulta que el niño padece un trastorno severo del sueño, el cual apenas le permitía dormir durante ciclos intermitentes de 45 minutos. En conversación con LUN, la actriz contó cómo ha enfrentado este tiempo, el cual lo definió ella misma como "tortuoso".



"Era desesperante"
"Cuando 'Balti' nació dormía mal, como duermen mal las guaguas (...) no hacen un sueño de corrido. Después de cuatro meses pasó de dormir mal a dormir pésimo, hacía unos ciclos de 20 o 30 minutos y se despertaba", indicó.

Frente a esto, ella también sufrió las consecuencias y no podía dormir. "Me demoraba harto en hacerlo dormir, como media hora, entonces empecé a dormir nada y comenzó a ser bastante tortuoso. Era desesperante, porque el único momento en que dormía era en mis brazos. Yo dormía sentada. Me daba miedo acostarme y que se despertara", prosiguió.
La comediante fue con su hijo a varios neurólogos, quienes le explicaron que el pequeño supuestamente estaba descansado pese al poco tiempo que dormía. Era ella y Pedro los que sufrían, puesto que no podían tener un sueño reparador para enfrentar sus jornadas diarias, que en el caso de él incluye sus estudios universitarios de la carrera de Derecho.

"Yo no dormía, lo que empezó a afectar un montón de cosas en mí, porque más encima en el día, en pandemia, tenías que funcionar (...) empezó a ser muy, muy heavy, hasta que empezamos a acostumbrarnos a eso. Conversamos con Pedro y me dijo, 'voy a tener que congelar, porque tú no puedes seguir no durmiendo'", rememoró Alison.
La regulación del sueño de Baltazar
Como si fuera regalo de Navidad, durante la noche del 25 de diciembre de 2022, el pequeño Baltazar se le acercó y le dijo, "mami, quiero dormir en mi pieza", logrando conciliar el sueño toda la noche. Al otro día se repitió esta situación y, por fin, la familia parece ver la solución al trastorno del niño, aunque son cautos en celebrar.

"Ya no me despierto tanto a mirarlo, igual me despierto porque me da nervio y no sé si se va a mantener o solo es un veranito de San Juan, pero llevo dos semanas en las que por primera vez en tres años he podido descansar", comentó.
A modo de consejo a alguna familia que viva lo mismo que ella, señaló que "la crianza antigua de 'déjalo llorar no más, se le va a pasar, es de malcriado', no va conmigo. No lo recomiendo, no creo que los niños manipulen. Creo que su cerebro se tiene que ir desarrollando y lo mejor es acompañar con todo el amor posible".
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