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Macabra venganza: La foto que provocó el brutal asesinato del hombre que destapó la corrupción en Argentina

  • Por Matías González Olguín

A finales del siglo pasado, por Argentina rondaba un poderoso fantasma que solo era visto por las grandes cúpulas del poder. Nadie lo conocía, pero todos sabían que existía.

Ese mito era Alfredo Enrique Nallib Yabrán, un empresario que bajo un profundo anonimato construyó un imperio que se expandió durante la administración del fallecido exPresidente argentino Carlos Menem.

Su rostro era un total misterio, hasta que en marzo de 1996 el hombre apareció en la portada de la revista "Noticias", con el titular "Yabrán ataca de nuevo". 

La fotografía —que lo mostraba caminando junto a su mujer por la playa de Pinamar— la tomó José Luis Cabezas y se consideró un golpe periodístico, pero también la sentencia de muerte del fotógrafo.

La histórica portada de la revista
La histórica portada de la revista "Noticias", con la fotografía de Yabrán que tomó el reportero José Luis Cabezas.

 

El crudo asesinato del reportero gráfico conmocionó a toda la Argentina y centró las sospechas en la figura del fantasma. Se comenzó a hablar de mafias y a dudar de los orígenes de sus negocios, en los que estaban implicados los poderes políticos y económicos del país.

En mayo próximo, Netflix estrenará el documental "El fotógrafo y el cartero (el crimen de Cabezas)", que reúne los testimonios de importantes figuras de la época para rememorar el caso que marcó a los trasandinos.

"Sacarme una foto es como pegarme un balazo en la frente"

Yabrán pudo haber sido un empresario como cualquier otro. Hijo de inmigrantes libaneses, a temprana edad entró al mundo del negocio, específicamente al rubro de seguridad y transacciones bancarias. Más tarde se convirtió en uno de los principales accionistas de la empresa de logística OCASA y se involucró en la seguridad aeroportuaria.

Así, el hombre fue reuniendo una riqueza que fue cuestionada durante la administración de Menem, cuando el ministro de Economía, Domingo Cavallo, lo acusó en agosto de 1995 de ser el "jefe de la mafia" ante la Cámara de Diputados de Argentina.

Entre las acusaciones más graves que realizó la autoridad, estaba la de liderar una organización mafiosa con patrocinio del menemismo, que el propio Yabrán le habría reconocido ser dueño de todas las empresas de correo, y que extorsionaba con armas de fuego para avanzar sobre la competencia.

La denuncia generó un revuelo periodístico, ya que todos intentaron acudir al acusado, pero había un problema: ¿Cómo reconocer a Yabrán? ¿Cómo era su cara? El sujeto podría haber estado ahí mismo y nadie lo hubiese reconocido.

¿Por qué? Resulta que a Yabrán se le adjudica una frase que revela todo su hermetismo: "Sacarme una foto es como pegarme un balazo en la frente. No voy a negar que no me gusta que me saquen fotos". De hecho, solía jactarse de que ni siquiera los órganos de seguridad sabían cómo era su rostro.

La historia detrás de la mortal fotografía

Episodio 1: "Mañana llega el tío"

José Luis Cabezas era un fotógrafo que buscaba retratar la imagen de su vida. Las  fuertes acusaciones de Cavallo fueron como una ayuda para cumplir ese propósito.

En febrero de 1996, estando con su compañero Gabriel Michi, recibieron el aviso de que Yabrán pasaría sus vacaciones en el balneario de Pinamar.

"Mañana llega el tío". Ese fue el mensaje que recibió Michi por parte de su fuente. Vigilaron durante dos días la casa del empresario, quien únicamente aparecía asomado de espaldas ante las ventanas. Sin embargo, las imágenes no tenían suficiente peso periodístico para ser publicadas.

 

José Luis Cabezas, el hombre que desenmascaró al
José Luis Cabezas, el hombre que desenmascaró al "fantasma" de Yabrán. Créditos: EFE.

 

Sus informantes les comunicaron que el sujeto solía dar paseos por la playa durante la tarde. "Estoy convencido de que es él, pero necesito tu ojo fotográfico para saber si lo es realmente", le dijo Michi a Cabezas mientras aguardaban por su presa desde el estacionamiento.

Desde ese lugar continuaron sacando fotografías, pero en ninguna Yabrán salía de frente. Lo que querían estos dos amigos era desenmascarar al fantasma acusado de corrupción, pero no lograban su cometido.

El dato de los paseos por la playa fue clave. Ahí vieron al hombre con su mujer y ambos posaron inconscientemente para José Luis, quien personificó al mito como un canoso de contextura gruesa.

La misión tuvo hasta tintes románticos, ya que para disimular la fotografía, la esposa de Cabezas se paró frente a su cámara, retratando una sonrisa que pronto se apagaría.

La portada de la revista "Noticias" marcó un hito para el periodismo argentino, pero todo daría un vuelco trágico.

Episodio 2: Meses de amenazas y explosiones

Al mismo tiempo que José Luis gozaba de su golpe periodístico, recibía amenazas de muerte. Así fue durante largos meses, periodo en el que igualmente trató de contactarse con su fotografiado.

Las advertencias comenzaron a intensificarse con el tiempo, a tal nivel que involucró a la familia de Cabezas.

Así quedó demostrado en un diálogo que reveló Michi:

—Che, sabés que una fuente me dijo que gente de Yabrán había estado tratando de averiguar mi dirección en Buenos Aires. Y otra cosa, ¿sabés lo que me dijo el comisario de Pinamar?: 'Qué linda que es tu gorda', refiriéndose a mi hija Candela, le comentó José Luis a su amigo.

—Sí, Candela es preciosa y tiene cinco meses.

—Lo sé, pero el tipo este no la conoce—, agregó consternado.

 

José Luis Cabezas con sus hijos.
José Luis Cabezas con sus hijos.

 

A inicios de 1997, diez días antes de que se perpetrara su asesinato, el fotógrafo encontró las ruedas de su vehículo pinchadas. Se trataba de una de las tantas advertencias de muerte que venía recibiendo.

"Hicimos guardia y seguimientos, sin saber que todos nuestros movimientos estaban siendo vigilados. Cada vez que nos acercábamos a Yabrán, explotaban los teléfonos de la custodia por las comunicaciones con la policía de Pinamar y el policía Gustavo Prellezo, el asesino de José Luis", recordó Michi.

"Habían dado la orden de quitarnos del camino y nosotros no lo sabíamos", agregó.

Episodio 3: Baleado y calcinado en su Ford Fiesta

Como si fuera una serie de ficción, el asesinato de Cabezas se planificó detalladamente en enero de 1997. El reportero cubría el cumpleaños de un empresario junto a su fiel amigo Michi, quien abandonó la fiesta durante la madrugada.

José Luis se quedó hasta un poco más tarde, para luego volver al departamento donde alojaba su esposa e hijos.

Manejando su Ford Fiesta, nunca sospechó que "La Banda de los Hornos", compuesta por peligrosos criminales liderados por Prellezo, lo estaba siguiendo para secuestrarlo.

 

El fotógrafo posando y su Ford Fiesta detrás.
El fotógrafo posando y su Ford Fiesta detrás.

 

Cuando bajó del vehículo, dos de los antisociales lo encañonaron y lo metieron nuevamente al auto. Arrancaron del lugar mientras eran seguidos por Prellezo y se adentraron por un camino de tierra cerca de Buenos Aires.

Los secuestradores huyeron y el policía se quedó solo con su víctima: Lo bajó del automóvil, obligándolo a arrodillarse en la tierra. A pesar de la misericordia que exclamó Cabezas, Prellezo le respondió con dos balazos, causándole la muerte.

Tomó el cadáver y lo volvió a meter al Ford Fiesta para rociarlo con combustible y quemarlo. El hombre que había marcado el periodismo argentino se redujo a cenizas en medio de la nada.

 

Gustavo Prellezo, autor material del asesinato de Cabezas.
Gustavo Prellezo, autor material del asesinato de Cabezas.

 

Episodio 4: La condena de Yabrán que nunca llegó

La investigación recibió un testimonio clave para esclarecer la muerte de José Luis. En mayo de 1998, la exesposa de Prellezo, Silvia Belawsky, se reunió con el juez José Luis Macchi para confesarle que su otrora marido asesinó al fotógrafo por orden de Yabrán.

Así se ordenó la captura inmediata del empresario para someterlo al juicio, junto a los otros cinco implicados en el crimen. No obstante, a los pocos días y rodeado de policías, el fantasma se suicidó de un escopetazo mientras estaba encerrado en el baño de su estancia.

 

Una de las pocas imágenes que existen sobre Alberto Yabrán.
Una de las pocas imágenes que existe sobre Alberto Yabrán.

 

Como si de verdad se tratase de un fantasma, se pensó que el suicidio había sido una fachada para escapar sin enfrentar a la justicia. De hecho, surgieron varias teorías conspirativas, como la que supuestamente estaba viviendo en las Bahamas.

"Para mí todo era un truco. Creía que si Yabrán se había volado la cabeza, no se le iba a poder ver la cara ni se le iba a reconocer el cuerpo. Cuando entré a ese cuarto estaba convencido de que no tenía que ser. Pero la cara era muy parecida", cuenta el periodista Hernán Brienza, quien cubrió la muerte del sujeto.

Sin embargo, cuando logró ingresar al sector donde descansaba el cuerpo, se percató de que el fantasma finalmente había muerto...