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A siete años del caso, ''Wena N'' demanda a autor del video

  • Por Meganoticias

A siete años de la filtración del video “Wena N” en Internet, este martes se dio a conocer que desde el 2012 la afectada mantiene una demanda contra su compañero Gabriel Lasen Villalón, responsable de viralizar el corto, por 365 millones de pesos.

 

De acuerdo a información de "The Clinic", el abogado de la víctima, Tarek Leoz, confirmó la acción judicial y explicó que ésta continúa en tramitación en el Segundo Juzgado Civil de Santiago. El persecutor acusa que el compañero, que hoy tiene 22 años, grabó las imágenes “de manera consciente y dolosa” para ser difundidas entre toda la “comunidad educativa del colegio La Salle”.

 

Asimismo, aclaró que la querella también va en contra de los padres del acusado, pues éstos nunca actuaron de una manera acorde al problema, explicando que “en todo momento tuvieron conocimiento de la situación absteniéndose de denunciar o en última instancia de increpar, disciplinar e impedir la difusión del mencionado video”.

 

Luego de la insistencia del abogado ante la justicia, los padres del entonces menor afectado respondieron, aclarando que la única responsabilidad de su hijo fue grabar la escena y pasársela a un amigo. El resto de la historia, al juicio de ellos, fue “morbo” por parte de los medios de comunicación.

 

 

Hoy, a siete años del hecho, situaciones como esta se siguen repitiendo, ya que parece ser que los jóvenes, mayores y/o menores, no tienen conciencia de lo que un acto así puede provocar y significar en sus vidad.

 

Por ejemplo, en octubre del 2012, una adolescente de 15 años, relató a través de un video que subió a Youtube que sufría de bullying, generando gran impacto en Canadá.

 

La estudiante Amanda Todd, se suicidó luego de que el 07 de septiembre contara su dramática historia a través de una serie de notas que mostró frente a una cámara. Ahí contaba cómo un desconocido la había convencido de exponer sus pechos ante la webcam de su computador, y que luego la amenazó con publicar la imagen. La foto terminó en una página de Facebook a la que se agregaron sus amigos. Luego, la chica comenzó a ser víctima de constantes acosos por parte de sus compañeros.

 

La estudiante explicó que sufrió de ansiedad, depresión y que abusó de las drogas y el alcohol, revelando que había días en que no sabía por qué continuaba viva. Finalmente, en su último cartel, Amanda dijo que no tenía a nadie a quien acudir.

 

Y nuestro país no es ajeno a este tipo de situaciones. En marzo de 2013, un video de dos "mechones" de la Universidad Adolfo Ibáñez se viralizó entre los celulares de los estudiantes; hasta que -finalmente- llegó a Internet.

 

La afectada, una joven de 18 años, pidió no divulgar su identidad y acusó que desde la publicación de la imágenes, su vida se volvió una verdadera pesadilla. Y la verdad es que situaciones como esa las hay por cientos en la web.

 

Hechos tan complejos como los anteriores, y que afectan la vida de una familia entera, deben hacer pensar a los jóvenes hasta qué punto la vida privada puede ser difundida en Internet y en las redes sociales. Es una tema que afecta a todos hoy y del que nadie está ajeno. La discusión – incluso – debe ir más allá y tocar aspectos como propia la responsabilidad, la de los padres de los involucrados, y marcar los límites que existen en la difusión de la vida privada de las personas.

 

Todo un debate pendiente.