Columna de Mauricio Morales: "Encuestas atorrantes"
- Por Meganoticias
Por Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política, profesor titular, Universidad de Talca-Campus Santiago.
Previo al período de veda de las encuestas se publicó una serie de estudios que intentan predecir el resultado de las elecciones presidenciales del 16 de noviembre. Como he argumentado sistemáticamente, los datos indican que la segunda vuelta será entre Jeannette Jara y José Antonio Kast, siendo este último el próximo presidente de la República.
Esta conclusión se sigue de las encuestas con mayor reputación al momento de generar pronósticos electorales. Me refiero, a Panel Ciudadano, Criteria, Cadem, y Pulso Ciudadano. Además, la encuesta CEP, el verdadero oráculo en las elecciones chilenas desde 1988 hasta fines de la década de 2000, apunta en la misma dirección. No estoy diciendo nada nuevo. Simplemente, constato lo que dicen los números.
Mi gran duda, y así lo he expresado, es Franco Parisi, quien según Pulso Ciudadano está a una décima de empatar estadísticamente con Kast. Hay otras encuestas, en todo caso, que indican resultados diferentes, pero que, en lo personal, no considero ni válido como encuestas serias, pues presentan evidentes problemas metodológicos, lo que genera sospechas al momento de interpretar sus resultados. Algunas de ellas tienen claros propósitos políticos, prediciendo, por ejemplo, que el plebiscito constitucional de 2022 estaba estadísticamente empatado entre las opciones “Apruebo” y “Rechazo”, en circunstancias de que esta última se impuso por casi 24 puntos.
Otras, en tanto, indicaron que la primaria presidencial de la centroizquierda de este año sería muy competitiva entre Tohá y Jara, pronóstico que fracasó rotundamente, pues Jara le sacó más de 30 puntos de ventaja a Tohá. En esta primaria, incluso, hubo empresas dedicadas a las ciencias de datos que pronosticaron según el nivel de participación electoral de esos comicios, atreviéndose a dar tramos de votación dependiendo si la participación era alta, media o baja. Un fiasco. Si por alguna razón este segundo grupo de encuestadoras o de empresas dedicadas a la ciencia de datos acierta para estas elecciones, eso será producto de la fortuna y no de una estructura metodológica científicamente validada.
Ir a la siguiente nota¿Implica lo anterior que la suerte está echada para estas elecciones? Sí y no. Sí, porque las empresas más reputadas coinciden en el mismo resultado: la segunda vuelta sería entre Jara y Kast, y este último no tendría problemas para imponerse en el ballotage. No, porque quedan quince días de campaña y pueden darse eventos inesperados capaces de torcer dicha predicción.
Hay dos debates relevantes organizados por Archi y Anatel. Cualquier error grave de los candidatos que van en punta puede gatillar un movimiento de electores indecisos que hagan cambiar las cosas. Por ejemplo, una mala presentación de Kast podría animar una mayor intención de voto hacia Kaiser, quien ha venido creciendo de manera muy sostenida en todos los estudios de opinión pública. De eso no cabe duda. Es un excelente candidato cuyo principal atributo es hablar de manera clara, convincente y breve. Los mensajes de Kaiser son comprensibles para cualquier tipo de elector. No me corresponde analizar normativamente la plataforma programática de Kaiser, pero sí reconozco su capacidad para instalar temas de discusión pública que son muy congruentes con las necesidades de las personas.
Lo mismo pasa con Parisi, quien últimamente se ha dirigido al segmento de menores ingresos con propuestas fáciles de entender. Los electores, como he señalado en otras columnas, no son unidimensionales. Es decir, no basta convencerlos solo en materias vinculadas a seguridad pública, pues en un contexto de alto desempleo y bajo crecimiento económico, la inyección directa al bolsillo siempre es bien recibida. Según Pulso Ciudadano, Parisi elevó significativamente sus apoyos en los segmentos D-E, superando a Kast.
Luego de las elecciones tendremos más tiempo para evaluar la calidad de las encuestas de opinión en Chile. Hay algunas que cumplen, o tratan de cumplir, algunas exigencias metodológicas mínimas. Es muy difícil, en todo caso, hacerlo con encuestas semanales o quincenales, que, eso sí, tienen la ventaja de entregar los datos a mayor velocidad en comparación con encuestas que se hacen cara a cara, que son representativas de zonas urbanas y rurales, y que realizan un proceso de muestreo probabilístico en todas sus etapas. Lo que se debe evitar es la proliferación mediática de encuestas atorrantes. Es decir, flojas en todas las dimensiones que acabo de señalar, incluyendo fichas metodológicas que, muchas veces, dan vergüenza ajena.
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