¿En qué quedó? La verdad detrás del caso de falsas monjas de Ñuñoa
- Por Tomás Marín | Mega Investiga
"Uno en los años de experiencia va viendo casos que quedan grabados, este posiblemente sea uno de ellos", reflexiona la médico criminalista Pía Smok, que empezó a trabajar en la PDI en 2006.
Está sentada en la banca de una pequeña plaza frente a la esquina de Los Talaveras y Alcalde Eduardo Castillo Velasco, lugar donde un año antes una mujer dejó una maleta con el cuerpo de su entrañable amiga en su interior.
El 8 de abril de 2024, un hallazgo macabro se produjo en la comuna de Ñuñoa. Personal de aseo de un edificio alertó a la policía respecto de aparentes restos humanos encontrados sobre el césped de la vereda.
El caso se derivó inicialmente a la Fiscalía Especializada de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH) y se instruyó a la Brigada de Homicidios de la PDI concurrir al lugar para analizar el sitio del suceso.
Con el pasar de las horas, varias de las hipótesis que se habían barajado se descartaron de plano. Las diligencias lograron determinar la edad, sexo y contextura de la fallecida, pero sobre todo, que no había muerto de un trauma que indicara homicidio.
“No hay un cuerpo desmembrado, no hay una organización criminal detrás. Efectivamente, es un caso que no vemos habitualmente”, dijo el 10 de abril el fiscal de Flagrancia, Francisco Lanas, quien además señaló que sobre la mujer que trasladó el cuerpo “no podemos descartar que sea formalizada, pero no en un tiempo inmediato”.
Ir a la siguiente notaUn año tras esas declaraciones, la causa se mantiene abierta en manos de la jefa de la Fiscalía Local de Ñuñoa, Rossana Folli.
Según información recopilada por Mega Investiga, los exámenes practicados al cuerpo no arrojaron una causa muerte, por lo cual toda esa arista investigativa quedó cerrada. El debate hoy recae en si existe o no un delito de la mujer de 81 años que trasladó la maleta por las calles. En la región de la Araucanía, podría haber una respuesta a esa pregunta.
Dos recolectores y una maleta perdida
Calle Los Talaveras, entre Alcalde Eduardo Castillo Velasco y Dublé Almeyda. Justo al costado de una salida de autos, restos humanos momificados envueltos en un material blanco. La famosa maleta, de la que se sabría más tarde, ya no estaba.
“Al momento del hallazgo, no se encontraba una maleta. Solamente se encontraba el cuerpo envuelto en una especie de lona, que luego con el transcurso de la investigación se logró determinar que esta lona correspondía a un paño de esas carpas que se han visto en la feria”, comenta el comisario Vicente Torres.
Al trabajar en el sitio del suceso, levantando cámaras y entrevistando testigos, la PDI logró determinar que dos recolectores de reciclaje habían tenido contacto con el cuerpo.
El primero agarró la maleta en la esquina de Alcalde Eduardo Castillo Velasco y Los Talaveras, llevándola por esta última calle durante media cuadra. Al detenerse para revisarla, notó mal olor y restos de algo que creyó que era de origen animal. Por ello, explicó a la policía, dejó la maleta en el lugar.
Luego, otro recolector llegó hasta ese segundo punto. Aparentemente, sin importarle el contenido ni el olor, se llevó consigo la maleta. Hasta el día de hoy se desconoce su identidad y dónde fue a parar ese elemento de transporte clave para la historia.
Sin embargo, ninguno de los dos había sido quien dejó la maleta en la calle durante la mañana de ese mismo día.
Identificado el primer punto, se procedió a levantar imágenes por los alrededores. Una de ellas registró un momento ocurrido a las 06:21 de la madrugada, cuando en la calle Los Jardines se logró divisar a una mujer mayor arrastrando la maleta.
“Vimos a una persona que vestía un atuendo que era una túnica larga, y un elemento para cubrirse la cabeza”, recuerda el comisario Torres.
Si bien ese día Lorenza salió con la maleta desde su casa en Los Jardínes, lo cierto es que su amiga Erica había fallecido un año antes en un domicilio ubicado a un kilómetro y medio de ese lugar, en la calle Diagonal Suárez Mujica.
Unos meses después de su muerte, la cual se había reservado para cumplir el “deseo” de su amiga, Lorenza trasladó el cuerpo hasta su casa. Lo mantuvo ahí, hasta que el 8 de abril se apoderó de ella un acto de conciencia y sintió la necesidad de que alguien encontrara a Erica.
La verdadera monja
Por su forma de vestir, al inicio se pensó que Lorenza era una monja perteneciente a una congregación católica. La investigación, y la propia aclaración del Arzobispado, permitieron establecer que su vestimenta y sus creencias eran exclusivamente una opción personal.
“La mujer adulta mayor que habita su domicilio particular en Ñuñoa no es religiosa ni pertenece a un instituto de vida consagrada de la Iglesia Católica”, comunicaron desde el Arzobispado de Santiago.
De la mujer fallecida, de nombre Erica, tampoco se encontró registros de que fuera religiosa ni consagrada.
Quien sí es efectivamente monja es Pamela, una de las hijas de Lorenza que estaba radicada en Italia y había retornado al país para cuidar a su madre.
Según revisión de Mega Investiga, el 21 de noviembre de 2016 Pamela recibió un nuevo nombre religioso con el cual manifestó “su consagración a Dios y su ocultamiento al mundo”. A partir de ese momento, pasó a ser Maria Benedetta della Croce.
El análisis experto del cuerpo
El día del hallazgo, la subprefecto Pía Smok estaba de turno, por lo cual se trasladó al lugar donde requerían imperiosamente su presencia. Necesitaban que los expertos en la materia comenzaran de inmediato a analizar lo que parecía ser un cuerpo humano.
“Cuando llegué a este lugar, la verdad es que había mucha conmoción, había mucha prensa, muchos policías”, relata sentada en una plaza de Ñuñoa.
El trabajo no fue fácil, sobre todo porque lo que el recolector sacó de la maleta era un cuerpo que llevaba tiempo descomponiéndose, por lo que estaba prácticamente momificado.
Pero esa dificultad inicial no fue un impedimento para lograr rápidamente avances. Lo primero, establecer que era un cuerpo humano, para luego saber que era una mujer, caucásica, mayor a los 60 años. La revisión de sus dientes, tratados aparentemente por especialistas, daban indicios de una buena situación económica.



Cuando debieron calcular la estatura, uno de los colegas de la doctora propuso recurrir a la Inteligencia Artificial. Ingresaron las medidas de los huesos y las características que ya tenían de la mujer y la IA entregó una respuesta: esa persona midió entre 160 y 165 cm. Más tarde sabrían que estaban en lo cierto.
En el sitio del suceso concluyeron que Erica no murió de un trauma, porque no tenía vestigios que acreditaran esa hipótesis. Pero ni en ese momento, ni luego en el Servicio Médico Legal, se pudo confirmar la causa precisa de su fallecimiento.
"Otras causas de muerte como un neumonia, un infarto agudo al miocardio, un infarto cerebral, no pueden ser estudiadas en restos óseos porque ya no tienes vísceras. Esas causas se estudian buscando en piel, en partes blandas y sobre todo en vísceras", explica Smok y aclara que en el caso del cuerpo encontrado, esa materia ya no existía.
Esa pared con la que se topó la investigación podría haberse derribado por el testimonio de Lorenza, quien dijo que su amiga estaba enferma, pero la búsqueda arrojó que no había recibido atenciones médicas en el último tiempo.
"Los forenses somos personas súper responsables y tenemos que avanzar hasta donde podemos avanzar. Y a veces cuesta decir 'no sé' o 'no puedo avanzar' porque claro, a la Fiscalía o al sistema en general le gustaría que uno pudiera dar todas las respuestas", concluye la médico criminalista a cargo del caso.
Traslado de restos: el caso de Cañete
Frente al hecho de no poder avanzar más en la arista investigativa relacionada a la muerte de Erica, la única alternativa restante es preguntarse si es que existe algún delito por el cual pueda ser formalizada Lorenza.
Desde el inicio del caso, existe un debate en torno a la tipificación del hecho, puesto que no califica como inhumación (entierro) o exhumación (desentierro) ilegal.
La opción restante es aplicar el delito de “traslado ilegal de restos humanos sin autorización sanitaria”, uno de los ilícitos por los cuales se formalizó a los responsables del asesinato de los tres carabineros de Cañete.
LO ÚLTIMO"Es un delito de similares características que la inhumación ilegal o exhumación ilegal, está en el mismo título del Código Penal, y apunta justamente al incumplimiento de los reglamentos respectivos a la sepultación de las personas y el traslado de los cuerpos", explicó a Mega Investiga el fiscal regional Roberto Garrido.
Una decisión que está en manos de la fiscal Rossana Folli, quien deberá definir si es que cierra definitivamente el caso o si formaliza a Lorenza por haber traslado de forma ilícita el cadáver de su amiga.
Mega Investiga solicitó una versión de la persecutora a cargo y del Servicio Médico Legal, pero ambas partes se restaron de participar de este reportaje.
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