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"Pensé que me iba a morir": El duro relato de mujeres que han sido abusadas en el transporte y vía pública

¿Qué pasó?

Una cifra preocupante demostró una encuesta, la cual arrojó que el acoso sexual en el transporte público ha aumentado considerablemente. Por ello, víctimas compartieron sus amargas experiencias.

Las cifras fueron publicadas por el Observatorio contra el Acoso Callejero, donde un 93,2% de las encuestadas en 2020, afirman haber sido tocadas o manoseadas sin su consentimiento. El 46% señaló que esos hechos ocurrieron en el transporte público.

La jefa de Género de la Subsecretaría de Prevención del Delito, Carolina Martínez, explica que, solo por ser mujeres, se siente mucho más expuestas a delitos "asociados a nuestro cuerpo e integridad. Si tú le preguntas a un hombre a qué le tiene miedo, dirá a que le roben".

Asimismo, añade que "el impacto que tiene que te toquen el cuerpo un desconocido o que te roben el celular es totalmente diferente".

"Pensé que me iba a morir"

Ese fue el caso de María Josefa Silva, de 26 años. Una madrugada pidió un Uber para regresar a casa y lo primero que hizo, cuando llegó el vehículo, es revisar la patente. Como coincidía, se subió.

María dice que empezó a sentir frío y el conductor le dice que ponga las manos donde sale aire. Cuando lo hace, empieza a alarmarse: "Me empezó a toquetear las manos. Al tiro me incomodó, pero mantuve la calma. Paramos en un semáforo, me agarró y me empezó a dar besos en la boca".

El momento la dejó en shock: "Yo dije no me puede pasar esto a mí. Me morí de miedo, pero mantuve la cama. En un momento me dice que me llevará a otro lado y yo me paralicé, porque pensé de todo. Me imaginé cualquier cosa".

Pese al hecho, Josefa se mantuvo tranquila en todo momento, aunque temiendo que el sujeto estuviera armado. Fue así como le propuso que la llamara en otro momento y le dio su número -el cual era falso- y cuando tuvo la oportunidad de bajar, se fue corriendo hasta su casa.

"Le dije que prefería darle mi mi número para que me llamara otro día porque estaba muy cansada y cuando me bajé, me agarró otra vez la cara y me empezó a dar besos de nuevo", cuenta la víctima.

Si bien no le contó a sus padres inmediatamente, sí le detalló la situación a una amiga a través de un audio de WhatsApp: "Te juro que pensé que me iba a morir. Me dio dos besos a la fuerza. Me siento pésimo, tengo un ataque de angustia horrible y no le quiero contar a mis papás".

"Me di cuenta de que la situación había sido un abuso cuando me denuncié lo sucedido. Le expliqué la situación al Carabinero me dijo no esto es un abuso y ahí me cayó todo", asegura.

"Es un tema cultural"

En la comuna de Providencia, implementaron una aplicación como un "botón de pánico" en caso de cualquier hecho de acoso o abuso en contra de mujeres, con el objetivo de que la policía pueda actuar a tiempo y prevenir estos hechos.

Así fue como sucedió cuando un grupo de estudiantes estaba en una plaza y fueron acosadas por un sujeto que las trató de "degeneradas" por estar en falda, siendo el uniforme del colegio.

"El trato abusivo hacia las mujeres, es un tema bastante cultural que tenemos que luchar con mucha fuerza para que eso no ocurra. Hay veces que los hombres se creen "choritos" por andar piropeando, pero ninguna mujer quiere recibir algo de alguien que no conoce de nada", afirma la alcaldesa de dicha comuna, Evelyn Matthei.

El sujeto en cuestión fue detenido por Carabineros, sin embargo, apenas fue multado con 1 UTM, es decir, 60 mil pesos al ser formalizado por acoso sexual callejero.

Hostigadas camino a la universidad

María Jesús Caro, delegada de Género de la Universidad Diego Portales, es parte de una red de apoyo que se le otorga a estudiantes, debido al aumento de denuncias de acoso e incluso intentos de secuestro de camino a la universidad o salida.

"Hay un caso en particular que nos marcó a todas, que fue cuando una alumna de la universidad iba saliendo del metro y se da cuenta de que hay un hombre observándola constantemente. Ella daba 10 pasos, el daba 10 pasos hacia ella. Esta misma persona se le acerca y le tira un polvo blanco", relata María Jesús.

La joven atacada, posteriormente, comenzó a sentirse mal, aunque prontamente logró llegar a la universidad. Ante ello, decidieron actuar con el fin de resguardar la seguridad de los y las estudiantes.

Sin embargo, Caro afirma que estos sujetos que atacan a estudiantes "las analizan" y las "estudian antes de atacarlas", pero realiza una crítica con que si bien se ha hecho algo, "se podría hacer más".

Finalmente, asevera que siente "rabia" por el hecho de no poder "sentirte segura en ningún lugar donde tú estés, ni siquiera ir a estudiar. Ese es el sentimiento predominante. Evidentemente, miedo, es la sensación de que si no puedes ir sola a la universidad, ¿a dónde puedes ir?".

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