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Tenía un tumor "intratable" en la médula espinal, pero su médico no se dio por vencido y se lo extirpó a través de su ojo

¿Qué pasó?

Karla Flores, una mujer estadounidense de 19 años, fue diagnosticada con un extraño tipo de tumor óseo: un cordoma, conocido por su naturaleza invasiva, ya que presiona delicadamente los nervios de la región en donde se desarrolla.

El tumor cancerígeno estaba ejerciendo presión sobre varios de los nervios craneales de la joven, lo que significó que esta necesitara de una meticulosa intervención quirúrgica, de la cual estuvo a cargo el doctor Mohamed Labib, neurocirujano del Centro Médico de la Universidad de Maryland.

Sin embargo, en el día programado para realizar la cirugía, una resonancia magnética previa al procedimiento reveló la existencia de un segundo cordoma en Flores, ubicado en la parte superior de la espina dorsal, en la parte frontal de la médula espinal, que podría eventualmente llegar a paralizarla.

"Tercer orificio nasal"

Tras extirpar el primer tumor, se debió analizar el nuevo hallazgo. La ubicación inusual del segundo cordoma presentó muchas dificultades para idear un plan de acción, porque si bien lo más lógico hubiese sido operar desde la parte posterior de la espina, en este caso sería inútil, pues los cirujanos no podrían ver la masa que estaban extrayendo. 

Si bien los colegas del doctor Labib le sugirieron optar por cuidados paliativos, el neurocirujano no se mostró conforme con esta opción y, sin estar dispuesto a rendirse, se motivó para crear una alternativa viable de cirugía.

Primeramente, Labib pensó en extirparlo por la nariz, pero finalmente se decantó por el ojo. A este método lo llamó "tercer orificio nasal", y si bien lo había utilizado en algunas cirugías anteriores, jamás lo había hecho para un tumor espinal.

LO ÚLTIMO

El profesional practicó esta curiosa técnica durante semanas en el laboratorio del UMMC, utilizando cabezas de cadáveres y modelos de cráneo para así perfeccionar el enfoque requerido y la modificación de los instrumentos quirúrgicos que necesitaría para llevarla a cabo. Un mal movimiento y la paciente podría haber perdido la movilidad desde el cuello hacia abajo, o incluso sufrir un accidente cardiovascular.

Cirujano extirpó el tumor a través de su ojo

Así, Labib llevó a cabo la intervención junto al cirujano plástico facial Kalpesh T. Vakharia y la doctora Andrea Hebert. Operaron a Flores a través de una incisión sin cicatrices externas. Eliminaron parte de la cuenca de su ojo y utilizaron un implante de titanio para reconstruir la órbita.

Después de perforar las vértebras de Flores, lograron extirpar el cordoma en su totalidad, siguiendo el procedimiento que habían estado ensayando durante las semanas previas.

La intervención, que duró 20 horas, fue acompañada con la posterior aplicación de radioterapia a la joven, quien a casi un año de completar el tratamiento no presenta indicios de cáncer. Eso sí, la movilidad en su ojo izquierdo sigue siendo limitada debido a los daños que generó el tumor en sus nervios oculares.

De esta forma, el curioso tratamiento de Flores abrió nuevas posibilidades al tratamiento de tumores con ubicaciones de difícil acceso en la médula espinal.

"Creo que este enfoque del 'tercer orificio nasal' es un enfoque más pequeño, más fácil y más limpio", declaró el doctor Labib a CBS News.

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