Perrita fue abandonada por ser sorda, fue adoptada y aprendió a leer señas para pastorear
- Por Ana María Lizana
Peggy es una perrita ovejera de 10 años de edad, quien fue abandonada por sus dueños anteriores debido a que perdió la audición, lo que le impedía "trabajar".
Por ello, fue dejada a la Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals (RSPCA), donde una mujer de Norfolk, Reino Unido, parte de la misma organización, decidió adoptarla junto a su esposo pastor.
De algo temporal a permanente
En un principio, cuidarían de ella solamente por un tiempo hasta que encontrara una familia que la tuviese, sin embargo, se fueron encariñando con el animal.



El carácter, la personalidad y el entusiasmo que tenía Peggy para realizar sus tareas, bastaron para convencer a la pareja para quedarse con ella de forma permanente, consigna BBC.
"Decidimos que podía quedarse con nosotros temporalmente mientras encontrábamos un lugar más permanente para acogerla, pero nos enamoramos completamente de ella casi de inmediato y pronto quedó claro que no iría a ninguna parte", relata Chloe Shorten, quien adoptó a Peggy.
Tras decidir quedarse con ella, comenzó la ardua tarea de enseñarle a su nueva mascota cómo pastorear, pese a su sordera, optando por nuevas estrategias.
“Sabíamos que Peggy quería trabajar, así que comenzamos el largo proceso de enseñarle cómo pastorear y trabajar con un pastor sin depender de los comandos de voz”, manifestó Chloe.
¿Cómo le enseñaron a leer señas?
La edad de Peggy no impidió que Chloe junto a su esposo le enseñaran a pastorear nuevamente. Con la ayuda de una adiestradora de perros, pudo leer las señas con las manos y el lenguaje corporal.
Sobre la enseñanza, dice que "comenzamos enseñándole a mirarnos en busca de señales de mano. Ella lee nuestras señas y el lenguaje corporal como una forma de decir lo que estamos pidiendo. Por ejemplo, pulgares hacia arriba significa 'buena chica'".
Asimismo, para facilitar las tareas, Peggy porta un GPS, en caso de que se le pierda de vista y así que sus dueños puedan encontrarla.
En tanto, Chloe afirma que cada día es una nueva enseñanza para su mascota: "Todavía está aprendiendo cosas nuevas y mejora todo el tiempo. Lo principal para nosotros fue poder decirle que es una buena chica y asegurarle que va a estar bien".
"Le tomó un tiempo aprender que la amábamos y ganarnos su confianza, pero ha sido muy gratificante saber que ahora entiende nuestros elogios", concluye.
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