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Sintió como si estuviera "tragando vidrio" y al ir al médico la diagnosticaron con enfermedad incurable

"Sentí como si estuviera tragando vidrio", fueron las palabras de Bethan Cawley, de 56 años, quien debió acudir al médico después de presentar unos problemas de salud que le generaron cierta preocupación.

En un principio, la profesora pensó que podría tener fiebre glandular por un dolor de garganta. A partir de allí, su médico de cabecera le dijo que se realizara unos exámenes de sangre y que se tomara unos días de descanso.

Los doctores le indicaron que sus síntomas eran idénticos a los de un "linfoma no Hodgkin", pero finalmente fue diagnosticada con una subcondición de aquella afección, llamada leucemia linfocítica crónica, un tipo de cáncer de sangre y médula ósea, cuando estaba por cumplir 50 años, informa Mirror.

"Era incurable, aunque tratable"

Bethan, que vive en Sunderland, Inglaterra, comento que antes de ir al doctor por primera vez "sentí como si estuviera tragando vidrio y mis glándulas en mi cuello estaban agrandadas".

"El médico examinó mi cuello y estaba muy consciente de los bultos y protuberancias, pero los tenía desde hace un tiempo y siempre aparecían si estaba agotada", sostuvo.

 

Mirror

 

Antes de recibir la noticia, Bethan afirmó que la incertidumbre aumentó de inmediato y dijo que los doctores "me examinaron de nuevo y me preguntaron si había alguien conmigo. Tenía miedo".

Así fue como descubrió que tenía cáncer en la sangre y que, por lo tanto, necesitaría quimioterapia.

"Mi condición era una subcondición del linfoma no Hodgkin llamada leucemia linfocítica crónica (LLC). Era incurable, aunque tratable", expuso.

"Esto todavía me confunde y me molesta"

En este sentido, la paciente manifestó que "me dijeron que era un linfoma curable y tratable, pero ahora me enfrentaba a una leucemia incurable, esto todavía me confunde y me molesta".

 

Mirror

 

La profesora se sometió a un tratamiento que significó cinco años de remisión, por lo que volvió a trabajar, pero más tarde tuvo una recaída, desarrollando mareos, hematomas y fatiga.

No obstante, ahora permanece siguiendo un tratamiento, pero no puede ir al trabajo. Sin embargo, se encuentra descansando y disfrutando del clima de su ciudad.

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