"Dejar el sostén fue una de las mejores decisiones de mi vida": El testimonial viral que desafía los estándares de belleza
- Por Meganoticias
Una mujer británica de 26 años relató cómo abandonar el sostén hace seis años cambió su relación con su cuerpo y su confianza. Su testimonio ha resonado en redes sociales en medio de un contexto donde los estándares de belleza parecen volverse cada vez más restrictivos.
"Nunca he sido realmente una chica de sostenes", confesó al medio inglés Metro. Recordó que desde joven detestaba las visitas anuales a las tiendas donde le medían el busto en vestidores fríos, y que cuando creció intentó con bralettes de encaje, pero siempre los encontró restrictivos e incómodos.
Hace aproximadamente seis años, esta mujer decidió deshacerse completamente de sus sostenes. "¿Mis pechos se han vuelto menos firmes? Probablemente. ¿Me importa? Para nada", declaró a Metro.
Según su relato, no usar sostén se convirtió en algo más que comodidad: "Es como si mis areolas se hubieran convertido en otro par de aretes: decoran mis outfits y aumentan mi confianza".
La joven, que usa copa D, reconoce su privilegio de no sufrir dolores relacionados con sus pechos, algo que sí afecta a muchas mujeres de busto más grande que les encantaría prescindir del sostén pero no pueden por razones físicas.
Las críticas que nunca la afectaron
En su conversación con Metro, contó que las pocas reacciones negativas que recibió "siempre me resbalaron". La única persona que realmente se opuso fue su madre, "una mujer que siempre ha encontrado la visión de los pezones objetivamente ofensiva". Sin embargo, a sus 26 años, tiene la libertad de tomar sus propias decisiones.
¿Por qué ahora se siente más radical?
Lo que comenzó como una decisión personal ahora adquiere un significado diferente. "Con tanto sucediendo en el mundo —el conservadurismo en aumento y una regresión hacia la cultura de la delgadez— he sentido que mi decisión de ir sin sostén ahora se siente radical", explicó al medio británico.
Cuando comenzó su experiencia sin sostén en 2019, la sociedad todavía celebraba el movimiento de positividad corporal que explotó en 2017. Pero seis años después, ese ambiente parece haber cambiado drásticamente.
"Para mí, se siente como si el movimiento de positividad corporal fuera cada vez menos valorado y nuestra actitud alguna vez progresista hacia los cuerpos de las mujeres se hubiera ido directo a la basura", lamentó en su testimonio.
La voz de una activista sobre el cambio cultural
Para entender mejor este fenómeno, Metro consultó a Chidera Eggerue, conocida como The Slumflower, autora y activista que en 2017 lanzó la icónica campaña #SaggyBoobsMatter (Los pechos caídos importan), que captó la atención mundial.
Eggerue fue contundente en su análisis: "Creo que si decidiera crear el movimiento #SaggyBoobsMatter en 2025, la gente probablemente no sería tan receptiva, porque ahora estamos en un lugar donde priorizamos las alteraciones corporales y la delgadez".
La activista señaló que vivimos en una época dominada por medicamentos para bajar de peso y cirugías de modificación corporal. "Nunca juzgo a las mujeres que optan por la modificación corporal, pero creo que es importante que nos hagamos estas preguntas sobre de dónde vienen estas elecciones y a quién pretendemos complacer", reflexionó.
Un acto de autoaceptación
La protagonista de esta historia reveló a Metro que su decisión de ir sin sostén estuvo directamente relacionada con aceptar su peso y forma corporal. "Siempre he sido insegura sobre mi talla, pero cuando usaba ciertas blusas o vestidos sin sostén me sentía más segura y sexy, más como yo misma".
Durante ese período, las redes sociales mostraban a muchas mujeres de diferentes tallas corporales volviéndose virales y ganando seguidores masivos. "Esta ola de creadoras hizo mucho bien a mi autoestima", recordó. Sin embargo, lamenta que muchas de esas voces se hayan desvanecido o participen ahora en discursos sobre pérdida de peso.
El problema con las "blusas sin sostén"
Chidera Eggerue también abordó con Metro la tendencia actual de marcas que lanzan "blusas sin sostén" con telas de compresión que prometen dar forma al busto.
"Creo que el concepto es interesante porque generalmente hay algún tipo de tela de compresión que crea esta ilusión de elevación o firmeza, lo que obviamente hace que los pechos se vean más redondos", explicó la activista.
Sin embargo, señaló un problema fundamental: "Estas prendas tienden a quedarle bien a personas que tienen un busto más pequeño para empezar. Es realmente difícil cuando piensas en alguien con copa doble G tratando de usar una linda blusa sin sostén que está diseñada para sostener pechos más pequeños".
Un mensaje de libertad corporal
Al final de su testimonio a Metro, la joven fue clara: abandonar el sostén fue "una de las mejores decisiones que he tomado". Se siente más cómoda, más auténtica y más libre.
Y aunque reconoce que el mundo parece estar retrocediendo hacia estándares más restrictivos sobre cómo deberían verse los cuerpos de las mujeres, ella no piensa cambiar.
Su mensaje es simple pero poderoso: la verdadera liberación no viene de ajustarse a lo que la sociedad considera "apropiado", sino de hacer lo que te hace sentir bien contigo misma, sin importar las tendencias del momento.