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¿Es seguro comer queso si le salieron hongos?

El queso es uno de los alimentos más presentes en los hogares chilenos y del mundo. Sus distintas variedades lo convierten en un infaltable del desayuno, la once o los picoteos. Sin embargo, como cualquier producto lácteo, tiene un tiempo de duración limitado.

Cuando un queso se deja por mucho tiempo fuera del refrigerador o no se conserva adecuadamente, es común que aparezcan hongos visibles en su superficie. Aunque algunos quesos como el azul, Roquefort o Camembert ya contienen hongos comestibles incorporados durante su producción, no todos los tipos son seguros para el consumo una vez que presentan señales de moho.

¿Qué tipos de queso se pueden comer si tienen hongos?

Según la Clínica Mayo, si el queso es blando o cremoso —como el queso crema, ricota o Brie— debe desecharse al primer signo de hongos, ya que estos pueden expandirse fácilmente por todo el producto. Los mohos en este tipo de quesos representan un riesgo para la salud.

En cambio, los quesos duros o envejecidos, como el parmesano o el suizo, pueden consumirse si se remueve adecuadamente la zona afectada. La recomendación es cortar al menos 2 centímetros alrededor y debajo del moho, sin permitir que el cuchillo toque la parte contaminada para evitar su propagación.

 

Quesos varios (Freepik)

 

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Por su parte, quesos como el Camembert, queso azul o Roquefort, se pueden comer tal cual como son comercializados.

El moho en el queso se presenta en distintas formas y colores: blanco, gris, verde o azulado, y a menudo con textura algodonosa o peluda. Aunque estas colonias parecen superficiales, los hongos tienen estructuras similares a raíces que pueden extenderse profundamente en el alimento.

Por eso es importante identificar el tipo de queso antes de decidir si puede aprovecharse o si debe desecharse completamente por presentar hongos.

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