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¿Por qué no es una buena idea comer tarde en la noche? Esto es lo que dicen los estudios científicos

Un aspecto clave en una dieta balanceada son los horarios en los que comemos. Ahora, nuevos estudios abordan lo perjudicial que podría ser comer muy tarde en la noche, incluso en la madrugada. 

Se trata de dos trabajos que fueron recientemente publicados en la revista Cell Metabolism, donde sus realizadores detallan las razones que explicarían este fenómeno.

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Los horarios en que comemos y sus efectos

"Los estudios previos (…) habían mostrado que las comidas tardías están asociadas a un incremento del riesgo de obesidad, de grasa corporal e inhabilidad para la pérdida de peso. Queríamos entender por qué", precisó en una oportunidad Frank Scheer, profesor en la Escuela de Medicina de Harvard y coautor de uno de los estudios.

Si hay un punto en común entre ambos estudios es la sensación de hambre que pueden sentir las personas. Por ejemplo, el primero de los estudios incluyó a 30 personas; todas ellas fueron sometidas a dietas idénticas en lo que respecta a la ingesta calórica, aunque para los objetivos de la investigación, un grupo consumía las calorias en un horario más bien matutino, mientras que otros lo hacían cerca de la noche. 

Si bien no hubo diferencias en cuanto a la variación del peso de los grupos, sí se pudo concluir que aquellos que consumían los alimentos más cerca de la noche estaban más propenso a tener más hambre.

 

Imagen referencial / Créditos: Unsplash

 

En tanto, el segundo estudio también analizó los efectos de los horarios de alimentación, pudiendo destacar que, además de experimentar más hambre, quienes comen tardíamente no logran quemar calorías satisfactoriamente durante la noche. También se apuntó a que comer tarde provocó una disminución en el gasto energético a lo largo del ciclo de 24 horas.

Aunque destacaron que se necesitan más estudios para aseverar esa afirmación.

Para esto se trabajó con 16 personas. En este trabajo también se optó por alterar los horarios de las comidas más que las comidas en sí.

Las conclusiones de los estudios

Así, se pudo determinar diferencias entre los niveles de grelina (hormona que genera la sensación de apetito) y, especialmente, los de leptina (hormona que inhibe las ganas de comer) entre los dos grupos, lo que explicaría la mayor sensación de hambre experimentada por determinado grupo de las personas estudiadas.

Pudiendo constatar, a su vez, que los participantes del grupo que se alimentaba más tarde, quemaba calorías más lentamente.

Este artículo está diseñado para informar y no pretende dar consejos o soluciones médicas.

Consulte siempre a su doctor o especialista si tiene dudas sobre su salud o antes de iniciar un tratamiento.

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