Logo Mega

Este aviso se cerrará en segundos

Control coercitivo: Lo que debes saber de este abuso constante y silencioso

En uno de los libros más importantes sobre violencia doméstica: “Coercive control: how men entrap women in personal life”, su autor Evan Stark, desarrolla el concepto de control coercitivo, el cual se caracteriza por un patrón de comportamiento que tiene como objetivo intimidar, amenazar, humillar y/o restringir la libertad de una mujer. De manera que las víctimas van perdiendo su autoconfianza y autonomía, comenzando a normalizar las agresiones.

Evan Starkr quien también fundó uno de los primeros refugios para mujeres víctimas de violencia doméstica de Estados Unidos, afirma que las legislaciones en contra de la violencia intrafamiliar se han equivocado en poner énfasis en estos hechos, ya que han minimizado los graves efectos que el control coercitivo genera en las personas.

Ir a la siguiente nota

Al respecto, María Belén Ferreira Brisso, abogada especializada en derecho de familia, señala que en países como Inglaterra, el control coercitivo se volvió ilegal en 2015 bajo el delito de «comportamiento controlador o coercitivo en una relación íntima o familiar», pero que lamentablemente en Chile esta figura no existe como tal.

 

“Si bien el delito de maltrato habitual tiene algunas similitudes con las agresiones de control coercitivo, no es suficiente, debido a que no está tipificado de forma específica, es decir, sólo señala que los actos de violencia intrafamiliar sean habituales, sin embargo, no habla de periodicidad, y en estricto rigor, en una relación en la que existe poder y control por una de las partes, habrá siempre una posición vertical y por ende violencia”. Indica la especialista.

Asimismo, María Belén Ferreira reitera que la ley 20.066 que sanciona los actos de violencia intrafamiliar tampoco es lo suficientemente profunda en sus definiciones, quedando mucho para la interpretación de tribunales, por lo que reitera la importancia de visualizar otras legislaciones y entender que la violencia íntima es algo político, que traspasa lo personal y es incluso un asunto de salud y seguridad pública.

Diversos estudios han demostrado que cuando existe este tipo de violencia en las relaciones parentales, los hijos no son simples testigos, sino que experimentan el mismo daño que la víctima principal.

“La estrategia mediante la que se ejerce el control coercitivo persigue varios objetivos, por ejemplo, continuar las agresiones tras la separación a través de los hijos, por ejemplo, no pagando la pensión de alimentos, llagando tarde o incumpliendo los regímenes de visita o interponiendo demandas constantes e injustificadas en tribunales”, ejemplifica la abogada y fundadora del estudio jurídico Mater Juris.

10 formas de control coercitivo

1.-Aislamiento: Alejar a la víctima de sus redes de apoyo, interferir en sus relaciones con sus amistades, familia, familia, trabajo o cualquier persona con quien mantengas contacto. El objetivo es que las víctimas dependan del agresor.

Abuso verbal y degradación: Intimidar, avergonzar, criticar, burlarse e insultar constantemente.

Gaslighting y manipulación: A través del uso de juegos mentales, la víctima se siente confundida, desorientada e inestable. El agresor niega sus abusos, sus acciones, te trata de mentirosa, cambian los hechos para que creas que estás loca, las víctimas dudan de su memoria e inteligencia, aprendiendo a no confiar en ellas mismas.

  1. Abuso físico: Quien ejerce violencia, utiliza el dolor para controlar y castigar a la víctima.
  2. Privación física: El agresor no permite a la mujer ir al médico o tomar pastillas, en algunos casos incluso le restringe el uso de medicamentos o acceder a tratamientos médicos.
  3. Abuso sexual: Es todo acto sexual que va contra el consentimiento.
  4. Ley del hielo: El agresor puede ejercer violencia a través del silencio o la omisión de información importante, esto puede expresarse como salir sin avisar si volverán, ignorar, negarse a tocar, durante horas, semanas o un largo periodo de tiempo.
  5. Reglas y restricciones: Los abusadores establecen reglas y restricciones que inhiben el desarrollo, la expresión y la libertad de la víctima. Las reglas pueden referirse a la ropa, la alimentación, la socialización, las tareas domésticas u otras áreas.
  6. Violencia económica y explotación laboral: Hacer que su pareja pida préstamos y luego no pagarlos, robarles sus ahorros, quitarle el acceso al dinero. Así como también sobrecargala de tareas domésticas y de cuidado. Son algunos ejemplos de explotación laboral y violencia económica.
  7. Violencia judicial: Se ejerce a través de los tribunales de justicia y tiene la finalidad de continuar el abuso, agotando los recursos financieros y emocionales de la demandada, usualmente con denuncias falsas o demandas que no tienen propósito más que controlar la vida de la otra persona.

Violencia de género: Un problema de derechos humanos

La violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones más generalizadas de los derechos humanos en el mundo. Genera en las personas graves consecuencias físicas, económicas y psicológicas, tanto a corto como a largo plazo.

Cifras recientes de la Encuesta de Violencia Intrafamiliar contra la Mujer (ENVIF) sugieren que casi el 25% de las mujeres chilenas entre las edades de 18 a 64 años reporta haber sufrido de algún tipo de violencia intrafamiliar durante el último año, y 4% de la población reporta específicamente haber sufrido de violencia física.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, se estima que más de 640 millones de mujeres de 15 años o más han sido víctimas de algún tipo de violencia y la mayor parte ha sido perpetrada por sus maridos, parejas o ex parejas y cónyuges. Por eso el llamado es a que las instituciones avancen en darle credibilidad y eficacia al sistema judicial chileno, para promover canales de denuncia seguros, y así entregarles una real protección a las víctimas de violencia de género.