Logo Mega

Este aviso se cerrará en segundos

Jennifer Lopez. ¿Puedo hacer algo por ti, J.Lo?

  • Por Matías Andújar

Hay dos momentos claros en que me di cuenta que J.Lo era seca.

El primero fue en «U Turn» una película del año 97 que la debo haber visto entre el 2001 y el 2003, en la que tenía un rol importantísimo.

El segundo fue cuando, después de basuras como «Let’s Get Loud» y otras más pegajosas y golosas, ricas, como «Waiting For Tonight» o «Love Don’t Cost A Thing», vino el 2003 con «I’m Glad» y me di cuenta que la tipa baila seriamente notable.

«Waiting For Tonight», qué buenos recuerdos. Años que no la escuchaba. 

Me pasa como a las guaguas, que les ponen música y empiezan a mover las manos y las piernas torpemente a la pauta del ritmo. Como borracho buscando la brújula. Y con una letra romántica, más encima, aunque sea cursi, me pongo mal. No le vendo mi corazón a ese tipo de pop, ni mi cerebro, solo vendo unos minutos y una parte de mi cuerpo que no es mía.

«U Turn» es una película de Oliver Stone quien no necesita introducción —o yo por lo menos no la voy a hacer— con Sean Penn, Billy Bob Thornton, Nick Nolte, y también aparece por ahí Joaquin Phoenix y Liv Tyler. Hasta Claire Danes.

O sea, que Oliver Stone te llame a una de sus películas, es algo así como que le dieran un año y medio de cárcel a Charles Manson. Una oportunidad única e insospechada.

J.Lo pasó de ganar US$50.000 a US$19 millones por sus labores cinematográficas.

En «Hustlers» (traducida como Estafadoras de Wall Street), merecía estar nominada al Oscar como Mejor Actriz de Reparto. Sin duda. Y causó una buena cantidad de polémica su ausencia, ya que estuvo también en los Golden Globes, lo que es considerado un preaviso de lo va a suceder este 9 de febrero en la carrera por la figurita bañada en 24 kilates.

Pero bueno, ni el papel moneda ni el oro nos convoca. El núcleo es la historia —ya todos sabemos la de niña que asegura “no haber esperado comida diaria” y ahora es multimillonaria— de una figura que no ha podido hacer de su carrera una que le dé plaza y paliza a otras de mucho menor tamaño, pero, al fin y al cabo, constantes en su éxito.

Una que le limpie los ojos a otras actrices y cantantes, que nos haga perdernos en la lógica, crecer los pastos al infinito, ponernos la corona de espinas. Porque talento hay. Eso es tan seguro como que el Desierto de Atacama le pregunte al Desierto de Atacama si acaso su nombre es Desierto de Atacama.

¿Por qué no es una Madonna, o algo así? Les apuesto que Britney con la pitón encima, estaba pensando en Jennifer, Justin Bieber no puede cerrar la boca mientras ve una presentación de ella en vivo, 100 millones de seguidores en Instagram (5 veces Chile completo, aprox.), más de 80 millones de discos vendidos, actúa en una película con Chayanne sobre un campeonato de salsa y lo da todo, es la misma entrega que en sus mejores entregas, todos la conocen, todos se deslumbran, pero, pero, pero... tiene ocho discos, ocho, ¿alguien puede nombrarme uno? Uno.

Es un fenómeno raro. La diva latina más grande del mundo, y la más talentosa (porque la segunda es Shakira, pero, pff, esa no sabe ni caminar en tacos) y está ahí. Solo ahí. Semi espectral. 

Mi apuesta es que se enrolla en el cable del teléfono.

Aquí no hay caso de enfermedad, estado clínico, problemas con el vino, tener que quitarse las vendas o culpar de todo a su madre. U otro caso más de defetismo absurdo y autodestructivo. No.

Me afirmo de dos teorías.

La ausencia de un estilo firme. Una firma propia. A cambio de eso, se ha ido formando un pastiche. No lo digo en forma peyorativa. No hay una estampa estética, una cosa que uno pueda reconocer en un solo click, auditiva ni visualmente. Uniformidad. 

Las posibilidades son pájaros que se estrellan. Un día sale con una y al siguiente con otra.

Y no es que eso sea malo. Gaga es el mejor ejemplo de la mudanza constante. Lo malo es que muchos grupos de seguidores se difuminan. No siguen discos, ni a la artista misma. Siguen canciones. Singles.

Entonces, sube y baja. Como las estrellas y la lupa. 

El otro tema es lo actoral. Nos acaba de dar clases ejemplares de actuación. Dijimos: casi le valió una nominación al Oscar. Infundadamente esquivada por la Academia. Pero a la vez, ha aceptado, al parecer, sin ningún criterio, ser partícipe de cuanto proyecto le presenten.

Si bien el actor debe ser versátil, otra cosa es poder hacer bien todo lo que te ofrecen. El sentido require integridad, totalidad. Estos dos elementos requieren tiempo. El tiempo requiere oposición. 

Quizás no es ninguna de mis dos teorías y simplemente se ha de dedicado a ser una exitosa empresaria, productora, diseñadora y hasta perfumista. 

¿El hecho de ser latina influye en el acoso o falta de acoso de la vaca? Nah. No va por ahí. 

Si quieres conversar, Jen, acá estamos. Supe que vienes a Chile este año. Varios te quieren conocer. En este país brotan fanáticos como cabritas en olla común. Te admiro. Poco. Pero te admiro.  

PS. No te vi en el Super Bowl. Ni me acordé. Estaba leyendo el autor que me va a cambiar esta nueva vida.  

PS. 2 ¡Igual eres una campeona! No se necesitan monolitos para serlo. 

PS. 3 ¿Se acuerdan de RuPaul, queridos y acérrimos, lectores? Yo también. Me encontré este regalito. Súbale el volumen.