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Comentario: La Garra de Hierro y el drama de la lucha libre

La lucha libre ha tratado de mantener una estrecha relación con el cine, mas no ha tenido éxito. Más allá de The Wrestler (2008) o Nacho Libre (2006) las películas basadas en el cuadrilátero no han logrado tener una masiva popularidad, pese a los intentos de la WWE (la industria más grande de lucha libre, antes conocida como WWF) de crear un estudio cinematográfico.

El paso de ser de atleta a actor tampoco ha sido muy provechoso. De la decena de intentos, sólo cuatro lo han hecho con éxito: Dwayne “The Rock” Johnson (Saga Rápido y Furioso); John Cena (Peacemaker); Dave Bautista (Dune 2) y Roddy Piper (They Live).

Un divorcio que ahora se ha vuelto a encontrar, al igual que con The Wrestler, mediante el drama. La Garra de Hierro (The Iron Claw), dirigida por un joven Sean Durkin, cuenta la historia de los Von Erich, familia pionera de la masificación de la lucha libre norteamericana. Dueña de una de las leyendas urbanas más oscuras del mundo deportivo, los Von Erich vivieron bajo la sombra constante de una supuesta maldición.

Protagonizada por Zac Efron, Jeremy Allen White, Harris Dickinson y Stanley Simons como los hermanos Von Erich, La Garra de Hierro no solo es la mejor película relacionada a este deporte, si no que es un espectacular drama familiar, de esos que quitan el aire.

Un 20% de los luchadores mueren pasado los 40 años por problemas de salud relacionados al llamado Wrestling. La sombra que apena a los coloridos y narrativos personajes y que tiende a enlutar de manera constante al cuadrilátero. The British Bulldog, The Ultimate Warrior, Eddie Guerrero y hace un año Bray Wyatt, son parte de la larga lista negra de luchadores que nos dejaron antes de tiempo. Punto a parte el uso indiscriminado de esteroides, sobre todo en los años 80 y 90.

La historia, precisamente, de la dinastía Von Erich es la tragedia más grande de la historia del Wrestling. Una familia obsesionada con el triunfo y la idea del padre, exluchador, de que sus cuatro hijos, no solo se dediquen a la lucha, si no que sean campeones mundiales. Un drama más cercano al terror, un nivel de presión que iguala al Iron Claw (la llave final de la familia Von Erich que consiste en presionar la cabeza del rival con una garra).

Y es un drama terrorífico ya que, pese a que la historia descansa en los hombros de Kevin Von Erich (Zac Efron), él es el protagonista y en torno a él giran los personajes, tanto los hermanos, como los padres (Holt McCallany y Maura Tierney) cargan con un dramatismo importante. Cada tragedia y cada dolor individual de la familia Von Erich se condensa en un dolor y una tragedia familiar que condensan el ambiente.

Pero pese a ser una película sumamente trágica, no es de esas historias que destrozan y destruyen el espíritu. Hay una decisión en el guión y dirección, ambos a cargo de Durkin, que evacua esa tragedia con pequeñas postales de alegría y felicidad. Ahí radica entonces la gran virtud de la película, que pese a ser una tragedia tras otra, se hace agradable verla y se convierte en una experiencia significativa.

La Garra de Hierro no solo tiene un gran elenco, si no que tiene tremendas actuaciones. Toda la familia Van Erich brilla de manera espectacular, pero lo de Zac Efron es consagratorio. Tras un cambio físico rutilante, el actor no solo da su mejor actuación, si no que se convierte en una de las mejores actuaciones del año y una de las grandes ausencias de los Oscar pasados (la cinta se estrenó el 2023 en Estados Unidos).

Con una visual impactante, con un uso inteligente de la tragedia, con actuaciones sublimes y con parte de la dirección más inteligente del año, La Garra de Hierro se posiciona como uno de los estrenos del año. Película idónea para los fanatico del wrestling y para aquellos alejados de ese mundo, la película sigue siendo un obligatorio.

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