La historia real de una madre que buscó por 13 años a los asesinos de su hija conquista a Cannes
Los ocho minutos de ovación que recibió la actriz mexicana Arcelia Ramírez, tras la muestra del filme “La Civil” en el Festival de Cannes 2021, dejó por sentado el impacto de esta cinta que retrata la historia real vivida por una madre que buscó por 13 años a los asesinos de su hija.
La película belga de la cineasta rumana Teodora Mihai se basa en Miriam Rodríguez, una madre asesinada en 2017, y que forma parte de los trágicos casos del aumento de la violencia en México, reseña Vogue.
Ramírez hace el personaje de Cielo y encarna a Miriam Rodríguez, oriunda de San Fernando de Tamaulipas, localidad en la que fue secuestrada su hija Karen, de 20 años, por miembros de un cartel que pidió un rescate para luego asesinarla.
La historia de una madre desesperada
La obra cinematográfica presentada en Cannes compite en la categoría “Un Certain Regard”, con propuestas independientes y de autor. También participa en “La Cámara de Oro”.
“La Civil” es una película coproducida entre Bélgica y Rumania. Y no solo Arcelia Ramírez hace honor al talento azteca, también participan el actor Álvaro Guerrero, el guionista Habacuc Antonio De Rosario Guerrero y los productores, Michel Franco, Eréndira Núñez y Hans Everaert.
La actriz mexicana tiene más de 40 largometrajes y 30 puestas en escenas teatrales. Ostenta premios como Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cinema Jove de Valencia, España (1991), y el Ariel a la Mejor Coactuación Femenina por “Perfume de Violetas” (2001), recuerda El Sol de México.
Miriam Rodríguez: una activista que persiguió asesinos
La historia de Miriam impactó al mundo tras ser asesinada. En su búsqueda, ella misma incluso dio con el paradero del cadáver de la joven, que estaba desaparecido. Para su "cacería de criminales", el ama de casa se convirtió por algunos años en detective.
Fingió ser una encuestadora, así como también una trabajadora de salud y funcionaria electoral. Miriam Rodríguez se cortó y tiñó el cabello, y lo más impresionante es que llegó a hacerse amiga de allegados y familiares de los asesinos.
La progenitora dio a conocer su minucioso trabajo al crear como activista el Colectivo de San Fernando de Tamaulipas. Después de ello, viendo que su vida peligraba, solicitó protección a las autoridades, pero un Día de las Madres su vida se apagó a manos de sicarios que dispararon contra ella en su propia casa.
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