Viudo de Karl Lagerfeld: "En 10 años jamás vi su torso desnudo"

Tenían una diferencia de edad de 58 años, pero eso no fue impedimento para que vivieran felices una década, la última para el diseñador alemán Karl Lagerfeld . Ahora, su joven viudo es autor de un libro que lo cuenta todo acerca de su vida con el icono de las casas Chanel y Fendi.

“No lo veía viejo ni joven. Pensé que tendríamos toda nuestra vida por delante, él y yo”, cuenta modelo francés Baptiste Giabiconi, quien ahora es heredero de buena parte de la fortuna del creador, puesto que la comparte con su gata Choupette, que también es modelo.

La pareja del modisto venía de mundos paralelos, pues trabajaba de mecánico montando piezas de helicópteros, le atraía la restauración y por su aspecto físico vivía rodeado de mujeres. Sin embargo, desde que se conocieron en el año 2008, ambos compaginaron al punto de formalizarse como pareja.

Todo inició cuando el chico rondaba los 20 años y ahora, de 30 años y una abultada fortuna, decide dedicar un título de su autoría para mostrar aspectos poco conocidos del legendario diseñador que falleció a los 85 años.

Declaraciones en el libro

Por ejemplo, en “Karl et moi”, Giabiconi sorprende con un comentario sobre cómo llevaban la cotidianidad puertas adentro: “En diez años yo nunca le vi con el torso desnudo”, es decir, que Karl mantenía entre ambos un velo de misterio o un espacio muy personal que no estaba dispuesto a compartir.

El joven enamorado cuenta que tampoco lo vio despeinado, ni con descuidos en el afeitado. “Nunca lo encontrabas desprovisto”, dice en el libro.

También cuenta que aunque vivía rodeado de fiestas y de reuniones de sociedad, Karl “jamás probó el alcohol en toda su vida aunque, sin embargo, sí lo hizo durante sus últimos cinco años".

En su refrigerador, al modisto le gustaba tener siempre  una marca de gaseosa fórmula “Max” y unas botellas de vino blanco para casos en que recibieran visitas.

“Con 18 años me encontré con este señor. Él vio llegar a ese joven menos ansioso por tener éxito que por participar en un impulso, encontrar un horizonte”, escribió Giabiconi, quien ahora vive en Londres.