"OVO" de Cirque Du Soleil: Una invitación a ser comunidad y aceptar lo diferente
Con 52 artistas en escena de 14 países, el espectáculo "OVO" del Cirque Du Soleil se estrenó este jueves en Santiago en un Movistar Arena que recibió por primera vez el show que ya cuenta con 10 años.
La compañía circense, que debutó en Chile en 2006, no decepcionó al momento de la espectacularidad de su puesta en escena. Con artistas de primer nivel, que incluye músicos en vivo, lograron crear un universo colorido dentro del recinto que se convirtió en el hábitat de los insectos que protagonizan este show.
OVO, que habla del ecosistema de 17 bichos que de un día para otro reciben a una extraña mosca azul, alguien nuevo y diferente, y su misterioso huevo, es un espectáculo adaptado para grandes escenarios que incluye proyecciones.
A pesar de que la narrativa de la historia a ratos es algo difusa y un poco infantil, el nivel de producción logra pasar por alto aquellos vacíos ya que resaltan las performances que parecen imposibles, colores, luces, y un montaje que parece fantasma ya que, como espectador, la mayor parte del show no vemos cómo, de "la nada", aparece sobre el escenario una gran telaraña, por ejemplo.
Un mensaje de integración
OVO presenta además un mensaje que no queda ajeno a la contingencia mundial: La migración. El recibir a un otro dentro de nuestra comunidad, demostrando que hay resquemores al momento de aceptar la diferencia y lo "nuevo".
"Existe un mensaje de aceptación, de comunidad, un show muy actual. Es un show para niños, pero también para adultos, hay distintas percepciones para cada acto", indicó Nicolas Chabot, publicista del show.

Pero no queda solo ahí ya que aquel mosco azul se enamora de la chinita de raza negra y rellenita, muy diferente a lo que es él. "Es una historia de amor, de aceptación para los chicos que ven que no hay estándares de belleza de cómo tienes que ser", reflexiona Aruna, contorsionista del circo.
Una colonia más allá del show
La temática del espectáculo habla de una comunidad donde residen 17 tipos de insectos, algo no muy diferente a lo que sucede en el día a día en el equipo del circo donde son 100 personas las que trabajan en el show, provenientes de 25 países donde hablan cerca de 11 idiomas diferentes.
"Somos una familia disfuncional que puede funcionar. Es la mejor parte de mi trabajo ya que todos hacemos algo diferente y aprendemos todo el tiempo historias de nuestros compañeros", expresa Nicolas.

"Tuve que dejar toda mi familia y mi vida cambió. Puedo viajar y descubrir nuevas culturas. La particularidad del circo es que puede unirnos con otros", cuenta Kilian, francés que trabaja junto a rusos y ucranianos.
"Cuando trabajas mucho tiempo con personas de distintas culturas se hace normal. Cuando llegué era más amiga de los brasileños, pero con el tiempo ganas confianza y te acercas a todos. Viajamos juntos, comemos, trabajamos, entonces se torna una parte de nuestra familia", señala Aruna de Mongolia.
Mira el siguiente video con imágenes de los ensayos, entrevistas y el show:
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