Murió niño cuyo papá se había tatuado una cicatriz en la cabeza para hacerlo sentir mejor
Luego de más de dos años luchando contra el cáncer, finalmente el pequeño Gabe murió el pasado viernes 2 de febrero.
El niño se hizo conocido luego que su padre Josh Marsahll tuviera un admirable gesto: Se tatuó una cicatriz parecida a la de su hijo tras ser operado de un tumor en la cabeza, para hacerlo sentir mejor y que no se avergonzara de la marca que llevaba en su cabeza.
Su historia dio la vuelta al mundo y se ganó la admiración de las redes sociales que se conmovieron con su caso.
A pesar de que al niño ya le habían extirpado el tumor en 2016, fue en 2017 cuando nuevamente apareció una masa en su cabeza, esta vez mucho más grande y agresiva, además se alojarse en una zona inoperable.
En diciembre pasado su estado ya era crítico y a través de redes sociales, su padre pidió una oración por su hijo. "Estoy desconsolado, no solo estoy perdiendo a mi hijo, estoy perdiendo a mi mejor amigo", escribió.
Sin embargo, a fines de enero tuvieron un día inolvidable junto a su padre, el que Josh calificó como un verdadero regalo. "Gracias, Gabriel, por darme un último regalo... ¡Ese día increíble que vivirá en mi memoria para siempre! Te amo! ¡Mi hermoso bebé!", fueron sus emotivas palabras.
Finalmente el 2 de febrero, el niño dejó de existir y la triste noticia la dio a conocer su mismo progenitor.
