Logo Mega

Este aviso se cerrará en segundos

"La revolución será feminista o no será, así de corta"

  • Por Patricia Pineda / Luis Castillo

- ¿Te has sentido alguna vez discriminada?

"Me llamo María González. Nací en La Pintana, población El Castillo. Soy mujer. Partamos por ahí… ¿Qué crees tú?". 

María es más que una buena historia de superación o un ejemplo a seguir. Ella es el rostro de miles de mujeres que en Chile han logrado romper un paradigma: sentar precedente en el mundo de los negocios, del emprendimiento, de las empresas… Un espacio que en nuestro país es dominado por los hombres.

Aunque no logró ser actriz -su sueño de chica-, María se convirtió en esperanza. En la esperanza de aquellas que fueron excluidas por ser mamá, por ser "débiles", por ser "menos"... Por ser mujer.

"Somos Cubresuelos Chile"

- Queremos que te presentes. Que digas a qué te dedicas y que al final afirmes que eres empresaria.

"Suena lindo que soy empresaria (...). A uno como que le da más pudor, o como más vergüenza decir: soy empresaria", afirma, tras agregar: "somos Cubresuelos Chile y nos dedicamos a la producción de plantas sustentables".

Hace 10 años María decidió aventurarse en el mundo de la producción de cubresuelos. Antes de esto había intentado con dos emprendimientos que no les resultaron. Su motivación eran sus hijos: "necesitaba hacer algo. Necesita lucas; tengo hijos. Así que un día le pregunté a mi papá qué podía hacer".

El padre de María es jardinero y, por mucho tiempo, ella fue su compañía en aquellas jornadas de podar jardines, de mantenerlos y hacerlos lucir impecables. Tenía esa escuela y esa motivación.

"Soy nieta de agricultores, hija de jardinero", comenta, sin dejar, ni por un segundo, de gesticular y hablar también con su manos. Manos que han levantado tierra, que han hecho hoyos, que han cargado peso, que han excavado, que han sufrido por los callos. Las mismas manos con las que logró levantar una empresa a la que se dedica por completo y a través de la cual ayuda a otras mujeres, madres igual que ella.

Cubresuelos Chile es una de las satisfacciones más grandes de su vida. Y es que María aún recuerda como de la nada logró crear este emprendimiento.

"Fue un negocio arriesgado. Cuando busqué la parcela no tenía dinero cómo pagarla. Me pasé por varios bancos para que me dieran créditos. Insistí (...) No había subido muchos peldaños en la vida como para no arriesgarme. ¿Dónde podía caer si no me iba bien? Tenía que arriesgarme. Siempre he usado la frase ‘con todo si no pa’ qué’ y me ha funcionado", narra María sobre los inicios de su empresa.

"La contienda es desigual"

De La Pintana, Cubresuelos Chile se asentó en Paine. Desde allí siguió creciendo hacia otros lugares, cada vez con más fuerza y mayor inspiración.

Si bien al principio Cubresuelos Chile era un espacio tanto para hombre como para mujeres, María decidió un día empatizar más con sus similares y decidió contratar a jefas de hogar.

"Un día me di cuenta que los hombres le miraban los potos a las chiquillas, porque aquí se trabaja a poto parado. No me gustó como las miraban, a ellas tampoco les gustaba, así que comencé a contratar a sólo mujeres. Me han dicho discriminadora, pero no es así, en el fondo pensé que las mujeres podemos hacer el mismo trabajo fuerte solas".

El motivo que llevó a María a contratar sólo a mujeres, iba más allá del hecho de ser feminista. Su decisión se fundamentó en la desigualdad que hay en nuestro país, donde a las mujeres aún nos cuesta estar al mismo nivel de los hombres, no por desmérito, sino por la falta de oportunidades.

"Yo solo quiero que les vaya bien al igual que a mí. Quiero replicar un modelo más empático con la mujer. El mundo en general es machista. El mundo de las plantas es machista. La pega de vivero es un mundo de hombres y, de a poco, las mujeres hemos alcanzado a tener nuestros viveros", sostiene María.

Por un momento y sin dejar de hablar y defender su género, María reflexiona: "ser mamá en el fondo es un problema. Nos cobran un ojo de la cara porque nos podemos embarazar. Nos piden que hagamos muchas cosas, pero tenemos muchos obstáculos… Como decía Arturo Prat: 'la contienda es desigual'. La desigualdad se nota hasta en los sueldos. (Por ese motivo) La revolución será feminista o no será, así de corta".

Ver cobertura completa

Leer más de