Gesto de Melania Trump evidencia las "diferencias" con Ivanka Trump

Es usual que los gestos de Melania Trump sean minuciosamente estudiados por la prensa. No es la primera vez que el rostro de la primera dama emite señales de que algo “malo” está pasando dentro de la familia. Desde desplantes al mandatario, hasta un reciente gesto “extraño” hacia su hijastra, Ivanka Trump, durante la última jornada de la Convención Republicana.

Este momento, que se ha hecho viral en las últimas horas, ocurrió cuando la hija predilecta de Donald Trump subió al escenario para unirse a su padre y a Melania. Esta última la saludó cortésmente con la cabeza, pero rápidamente cambió su gesto cuando Ivanka Trump se colocó al lado del magnate, sin darle un beso como “corresponde”.

First Lady Melania Trump appeared to stop smiling as Ivanka, the US president's daughter, joined them on stage at the Republican convention.

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— Sky News (@SkyNews) August 28, 2020

El cambio fue brusco: pasó de mostrar una amplia sonrisa a ponerse totalmente seria y confundida. Un gesto que no ha pasado desapercibido para los medios de comunicación y los usuarios de las redes sociales, quienes han comenzado a especular sobre los problemas que existen entre ambas.

Las diferencias salieron a la luz

El libro “Melania y yo”, escrito por Stephanie Winston Wolkoff, ex asesora de la primera dama y quien se encargó de organizar la toma de posesión de Donald Trump, explica un poco la rivalidad que ha existido desde hace años entre Melania e Ivanka. De hecho, ambas luchan por tener mayor atención de la prensa.

Winston explica, en el libro que será estrenado el 1ero de septiembre, cómo ella y la esposa de Trump, junto a la diseñadora Rachel Roy, idearon un plan para minimizar la presencia de Ivanka durante la investidura de su padre, según un extracto adelantado por New York Magazine.

La estrategia fue denominada como “Operación Bloquear a Ivanka”. La maniobra era básicamente organizar los asientos para la familia Trump de tal manera que las cámaras de televisión no pudieran incluir a la hija del magnate en los planos cerrados, un plan que funcionó para ese entonces.

Eso fue “la gota que derramó el vaso” ya que, posterior a eso, el esposo de Ivanka, Jared Kushner, fue hasta la Casa Blanca para “explorar” las oficinas y dejó papelitos adhesivos especificando la utilidad de cada una de ellas. De esta manera, la primera dama y la hija de Trump, no tendrían que verse tan seguido.